Los Ayuntamientos de Puntagorda y El Paso han decidido movilizarse para defender la continuidad del almendro como base de un cultivo agrícola en recuperación y como emblema paisajístico en ambos municipios. Para ello trabajan en la realización de propuestas que se expondrán ante la Federación Canaria de Municipios (Fecam) y organismos superiores, a fin de impedir la posible amenaza que pueda suponer la inclusión de este árbol, al igual que el castaño, como variedad invasora, cuando se encuentra en estado silvestre, dentro del catálogo de especies exóticas consensuado entre Canarias y Estado.

Ese catálogo, aunque ha sido matizado por la Viceconsejería de Sostenibilidad del Gobierno de Canarias, ha despertado inquietudes en los municipios de medianías al recoger especies de gran arraigo social, cultural y económico, como pueden ser el almendro, el castaño, la palmera, el geranio, la retama, la cala, la tunera e, incluso, el césped.

Concretamente, en el caso del almendro, esta limitación podría suponer un riesgo para el mantenimiento del paisaje tradicional de estos dos municipios, en los que el árbol se ha asilvestrado por falta de control y por la caída de la producción agrícola de la almendra. Es precisamente en ese marco en el que el almendro se considera un árbol invasor capaz de desplazar a especies propias de la Isla.

El cultivo.- La preocupación que ha surgido en Puntagorda (en donde incluso su principal fiesta se dedica al almendro en flor) tiene como base la importancia que el cultivo del almendro tiene para la economía local y para el paisaje, por ello se reclaman ayudas y programas que garanticen el cultivo de este árbol. El alcalde, Vicente Rodríguez, habla de una realidad palpable: "Si los almendros no florecieran, si no hubiera almendras, este municipio no sería el mismo. Sería otra cosa". Por ello, aclaró, "hace falta articular los mecanismos necesarios para que el almendro no sea silvestre y siga formando parte de la actividad económica de Puntagorda o de El Paso, incluso de Tijarafe".

No hace falta cuantificar el número de ejemplares. Basta con decir que más de la mitad del pueblo de Puntagorda, que ocupa una superficie de apenas 31 kilómetros cuadrados, está plantado de almendros. Tan solo en el vivero municipal hay unos 1.000 ejemplares de este árbol disponibles para ser entregados a posibles demandantes, agricultores que se están comprometiendo con gran esfuerzo en el mantenimiento del cultivo.

Concretamente, según los datos aportados por la Administración Local, el cultivo del almendro en Puntagorda se está recuperando de forma paulatina, hasta el punto de que el año pasado se llegó a recoger el doble de almendras que en años anteriores. Así, la producción ascendió a unos 100.000 kilos.

Además, el ayuntamiento ha promovido, además de un plan enfocado directamente hacia la recuperación del almendro como base de la economía local, un taller específico destinado a reconvertir los usos agrícolas de este árbol, a fin de promover la agricultora ecológica del almendro. Para ello se dispone de un banco de semillas a disposición de los agricultores.

Recuperar fincas.- El Paso es otro municipio marcado social y paisajísticamente por el almendro. En este municipio, la alcaldesa, Dolores Padilla, ha decidido recuperar un proyecto que el ayuntamiento promovió hace algunos años para potenciar el cultivo del almendro y recuperar varias fincas.

La iniciativa, que se había pospuesto ante otras prioridades, se retoma ahora tras el anuncio del catalogo de especies invasoras.

la clave

Castaños en las zonas protegidas

El municipio de El Paso se podría enfrentar además a una batalla más compleja aún que la del almendro, la que representa una masiva presencia de castaños en su territorio, más concretamente en las zonas más elevadas de las medianías que coinciden con la presencia de espacios naturales protegidos. El castaño, al igual que el almendro o la tunera, se ha catalogado como una especie invasora, por lo que, fuera de lo que se consideren cultivos agrícolas, se tratan como árboles dañinos para el medio primario de las Islas. En el caso de El Paso, el castaño ha perdido valor como cultivo y se ha extendido de forma incontrolada hacia los montes de La Palma, llegando a representar una gran masa forestal en la zona baja del Parque Natural de Cumbre Vieja.

Pese a que el Gobierno de Canarias haya insistido en que estas especies catalogadas como invasoras podrán seguir cultivándose, lo cierto es que en El Paso la recolección de castañas se ha convertido en una costumbre familiar, más que en actividad económica. Por lo tanto, no se considera un cultivo real en muchos casos. El catálogo no establece limitaciones para la utilización y aprovechamiento de estas especies, por lo que se descarta cualquier afección a las actividades tradicionales agrícolas. Sin embargo, desde el ayuntamiento se requiere información en el caso de los numerosos ejemplares que ya forman parte de sus montes. Eso teniendo en cuenta que, en el caso del almendro y el castañero, según dice el Gobierno, "se incluyen en este listado para facilitar que la Administración pueda actuar, en el medio natural, en los lugares donde están afectando negativamente a áreas de gran valor o especies amenazadas".