La situación en la que se encontraba Yurena, la joven que supuestamente fue retenida de forma ilegal, maltratada y asesinada por sus tíos en Güímar, no era desconocida por completo por los habitantes del Barrio de La Hoya. "Los vecinos me dijeron que Yurena recibiendo malos tratos. Sabía que le pegaban, pero desconocía lo que ocurría en realidad; no pensé que mi hermano le pudiera hacer esto a mi hija", relató ayer la madre de la joven durante la primera sesión del juicio con jurado que se celebra esta semana en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

La joven, que falleció en febrero de 2010 a la edad de 26 años, se marchó de su casa dos años antes tras una discusión con sus padres por la relación que mantenía con un hombre que "le duplicaba la edad, estaba casado y tenía hijos". A raíz de este enfrentamiento, Yurena denunció a sus padres por malos tratos, motivo por el que les fue impuesta una orden de alejamiento de la joven hasta enero de 2009, día en que la joven, durante el juicio, no quiso testificar en su contra y los progenitores fueron absueltos.

Durante este periodo, la joven quedó embarazada, dio a luz a un niño y se fue a vivir con sus tíos. Lo poco que sus padres supieron de ella era por los vecinos.

"Poco antes de dar a luz mi cuñada me llamaba y me decía que Yurena estaba bien, pero que no quería saber de nosotros. Tras nacer el niño dejó de llamarme y solo supe de ella por los vecinos, que decían que apenas salía y, si lo hacía, era acompañada y que se oían gritos en la casa y que la estaban maltratando".

Por este motivo, la madre de la fallecida alertó a los Servicios Sociales de que lo estaba ocurriendo a finales de 2008, pero, tras visitar a Yurena, le comunicaron que la joven estaba en buen estado. Pese a ello, los rumores continuaban y, en varias ocasiones, tanto su madre como otros familiares se pusieron en contacto de nuevo con Servicios Sociales para que investigaran, aunque sin conseguir que volvieran a interesarse en el caso.

Pese a ello, y tras haberse suspendido la orden de alejamiento, los padres de Yurena no acudieron a visitarla ni intentaron ponerse en contacto con ella, pues consideraban que solo se trataba de alguna "reprimenda con una torta" y que los gritos era producto del "tono de voz tan alto que tenía mi cuñada", pues "era con mi hermano, su tío, con quien vivía y quien la cuidaba". Y es que los padres, dadas las circunstancias en que se marchó la joven de la casa, esperaban que volviera con ellos.

Niegan los hechos

Los acusados, que declararon antes que los padres de la fallecida, se negaron a responder a las preguntas de la Fiscalía y de la acusación particular, y solo contestaron a las cuestiones de sus letrados.

Tanto María de los Ángeles R.R. como Juan Daniel P.R. negaron que quisieran quedarse con el hijo de Yurena, y coincidieron en decir que su única intención era la de ayudar a la joven, que se encontraba en una situación económica precaria, y que cuando ella pudiese mantenerse por sí misma se fuera a su propia casa con su hijo.

En este sentido, los imputados dijeron que no habían tenido hijos porque María de los Ángeles tomaba anticonceptivos, mientras que los padres de la joven aseguraron que en algunas comidas familiares habían asegurado que querían tener descendencia, pero que tenían problemas para ello.

Respecto al trato que recibía la joven, aseguraron que "se bañaba con poca frecuencia", y que lo único que le decían "era que se duchara y se cuidara". Además, dijeron que salía acompañada de su tío porque no tenía coche y por eso él la llevaba, y que en otras ocasiones salía sola con amigos a los que no conocían.

Según relató la acusada, dos días antes del fallecimiento, Yurena salió al Entierro de la Sardina y pasó todo el día siguiente durmiendo, sin querer levantarse para comer. "A la mañana siguiente la encontré en mal estado en la cama y llamé a un médico", pero no se pudo hacer nada por la joven.

Los imputados señalaron que la fallecida era quien siempre se hacía cargo del niño y que en ocasiones ellos también la ayudaban a cuidarlo. Cabe señalar que la tutela del hijo de Yurena recayó en los padres de la fallecida, quienes se hicieron cargo del niño cuando este tenía 20 meses, edad a la que aún no sabía andar ni hablar.

El juicio contra María de los Ángeles R.R. y Juan Daniel P.R., para los que la Fiscalía solicita 31 años por los delitos de malos tratos habituales, retención ilegal y asesinato, continuará hoy.

No fumaba ni tomaba drogas

Yurena era una joven extrovertida y estudiosa que ni fumaba ni tomaba drogas. "Nunca nos dio ningún problema, salvo el día en que discutimos por la relación que mantenía con un hombre mayor que ella y que estaba casado". Esta descripción coincidió con la que hizo una amiga de la joven por fuera de la sala donde se celebraba el juicio, quien explicó que cuando la fallecida se fue a vivir con sus tíos perdió el contacto con ella. "Sus amigas me decían que le mandaban mensajes al móvil y la llamaban, pero ella no respondía", relató su madre. Pese a estas características que mostró la joven durante muchos años, el 29 de diciembre de 2009 la madre de la fallecida recibió una llamada de su cuñada, quien le dijo que su hija, por culpa del padre del niño, se había introducido en las drogas y se prostituía. "Hablé con ella ese día y le pregunté cómo estaba. Su voz era muy débil y me dijo que era porque estaba mala de la garganta. La cuestioné sobre si era por eso o por los golpes que recibía y se cortó la conversación", relató la madre de Yurena.