El expresidente checo Vaclav Havel, que falleció ayer domingo en su casa de Bohemia oriental, fue un asiduo visitante de España, y en especial de Canarias, donde buscó el clima adecuado para curarse de sus afecciones respiratorias.

Tras una primera visita oficial a Madrid y Barcelona en 1990, Vaclav Havel y la primera dama, Olga Havlova, realizaron una visita privada a Menorca, a una finca prestada por un hacendado de la isla.

Al finalizar la estancia, el 3 de agosto, los Reyes de España recibieron al matrimonio checoslovaco en el Palacio de Marivent, lo que fue el punto y final de aquellos quince días de vacaciones en las Baleares.

Havel no ocultaba que su sueño era visitar España en coche solo con su esposa, atravesando Europa, lo que no fue posible por cuestiones de seguridad y de protocolo.

Posteriormente, los Havel veranearon en varias ocasiones en la residencia oficial La Mareta de Lanzarote, invitados por los monarcas, ya que el clima favorecía la recuperación del mandatario checo.

Y es que en diciembre de 1996 le extirparon la mitad del pulmón derecho, donde tenía un tumor maligno.

La primera estancia en Lanzarote de Havel fue en las Navidades de 1997 y la segunda del 22 de diciembre al 11 de enero de 1999.

Entre medias, en abril de 1998, fue operado en Innsbruck (Austria) de una perforación intestinal que sufrió durante unas vacaciones en el Tirol austríaco. Días más tarde fue sometido a una traqueotomía a fin de facilitarle la respiración.

Ese mismo año, el 30 de julio, se le practicó una operación para cerrarle la colostomía que tenía desde que sufrió la perforación del intestino grueso.

En agosto, la salud de Havel empeoró al detectarse una inflamación pulmonar y arritmia cardiaca, superando uno de los momentos más críticos de su enfermedad, al recuperarse de un ataque de taquicardia que le tuvo al borde de la muerte.

La tercera visita a España fue del 7 al 18 de enero del 2001 y la cuarta, del 8 al 23 de enero del 2002.

En noviembre de ese mismo año se alojó en el complejo turístico Anfi del Mar, en el sur de la isla de Gran Canaria.

Esas estancias en España, correspondidas por los Reyes con su visita a Praga en julio de 1995 y la del Príncipe Felipe en mayo del 2001, sirvieron también para sellar una gran amistad entre el dramaturgo y la familia real.

La Reina Sofía, particularmente, mostró una gran admiración por el escritor, que enviudó en 1996.

Según recuerda la primera embajadora de la Checoslovaquia democrática en Madrid, Pavlína Reznickova, cuando ambas se encontraban la Reina siempre le preguntaba: "¿qué hace el Presidente?".

"Forzó una cierta dimensión humana en la política, cuando ésta es hoy una pelea por el poder, sin ningún sentido del humor, y cada uno sólo mira por sus intereses", declaró Reznickova tras la muerte de Havel.

Havel y su segunda esposa, la actriz Dagmar Veskrnová, cuando ya habían abandonado el Castillo de Praga, figuraron entre los invitados de honor a la boda del heredero de la corona y Letizia Ortiz, celebrada el 22 de mayo del 2004.

Poco antes Havel pudo realizar uno de sus grandes sueños, ya que en junio del 2003, a bordo de un vehículo todoterreno, pasó por España en dirección a su residencia de verano situada cerca de Estoril (Portugal).