Casi la mitad de los ancianos que viven en residencias se encuentran en riesgo de desnutrición, a pesar de que la mayoría de estos centros cubren adecuadamente sus necesidades y disponen de nutricionistas en su plantilla, según advirtió ayer la Fundación Edad y Vida.

En concreto, un 15,8 por ciento de estos mayores sufre desnutrición, un 45,2 por ciento está en riesgo de padecerla y sólo un 38 por ciento presenta un estado nutricional normal, según un estudio realizado por esta fundación a 1.475 ancianos que viven en 46 residencias de 12 comunidades autónomas.

El informe, presentado ayer en la sede del Imserso, muestra además que el Índice de Masa Corporal (IMC) del 15,5 por ciento de los encuestados no alcanza el 21, el valor considerado "normal".

La desnutrición en edades avanzadas puede deberse a muchos factores, entre ellos, la peor absorción de nutrientes en el intestino, la pérdida de piezas dentales, los cambios en la sensibilidad a los sabores dulces o salados y la disminución del apetito causada por algunos medicamentos, han explicado varios miembros de la citada Fundación durante la presentación del informe.

"A medida que envejecemos aparecen casos de gastritis, la absorción de los nutrientes empeora y la hidratación se vuelve imprescindible porque evita el estreñimiento y previene algunas infecciones", explicó Alberto López, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Residencias (Semer).

De acuerdo con el informe, el 81 por ciento de las residencias evaluadas dispone de profesionales especializados en dietética y nutrición encargados de diseñar las dietas de los residentes.