En tareas domésticas, medicina, ocio o cadenas de montaje los robots evolucionan cada vez más en su objetivo de abarcar y adaptarse a las necesidades del ser humano, como muestra estos días en Tokio una gran feria de este futurista sector.

La Exposición Internacional de Robots, que se celebra cada dos años en los pabellones del centro de convenciones Tokyo Big Sight, abrió hoy sus puertas para presentar las últimas novedades de más de 270 empresas.

Por sus pasillos se exhibieron robots capaces de servir bebidas en la barra de un bar, rescatar víctimas en una tragedia, oficiar de dóciles mascotas cibernéticas e incluso humanoides capaces de cantar.

Bajo el lema "Construyendo un futuro con robots", la XIX edición de esta cita abarca todas las disciplinas para mostrar la cada vez más estrecha relación entre las tareas profesionales y cotidianas del ser humano y su aliado tecnológico.

Una parte de la muestra está dedicada a la robótica industrial, con aparatos destinados a cadenas de montaje para el sector automovilístico (uno de las principales de Japón) en labores como ensamblaje de piezas, soldadura y pintura.

En este segmento los robots, con una apariencia cada vez más humana y mayor eficiencia medioambiental, enseñan sus habilidades en la selección y empaquetado de fármacos o alimentos, con una velocidad y precisión inalcanzables para el hombre.

También destacan máquinas capaces de arar la tierra con exactitud milimétrica, limpiar oficinas o ponerse detrás de la barra de un bar y rellenar los vasos vacíos.

En los 9.000 metros cuadrados de exposición los visitantes pueden encontrar hasta réplicas de dos metros de los ciborg de la película "Transformers", aunque la mayor parte se concentra en las aplicaciones médicas y sociales de la robótica.

Japón, uno de los países con mayor índice de longevidad con 29,8 millones de personas (un 23,3 por ciento) por encima de los 65 años, calcula que solo el mercado de robots para la asistencia de ancianos crecerá en los próximos 25 años hasta los 4,9 billones de yenes (unos 45.500 millones de euros).

En la feria uno de los grandes reclamos son los robots de limpieza doméstica y las "mascotas" terapéuticas, como los osos de peluche de la empresa Fujitsu con cámaras en los ojos, que son capaces de reconocer gestos, mantener contacto visual y reaccionar a las palabras de su dueño.

Para las personas discapacitadas o con movimiento reducido se presentan las últimas novedades en asistencia, como un robot con sensores para dirigir a invidentes o trajes robóticos que mejoran la movilidad y permiten a las personas con amputaciones practicar deporte.

En el campo del entretenimiento destacan androides tan sorprendentes como el HRP-4C del Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología de Tokio, con la apariencia de una jovencita japonesa que demostró ante los visitantes sus dotes para cantar, actuar y posar.

En esta edición de la Exposición Internacional de Robots el país invitado es Alemania, primer mercado europeo y tercero mundial de esta industria, que presentó en sociedad a FESTO, un brazo biónico con aplicaciones industriales y domésticas y cuyo diseño está inspirado en la trompa de un elefante.

El robot, de la empresa Fraunhofer IPA, es "un gran ejemplo de la innovación y la investigación alemana", indicó Marko Kolbe, uno de los responsables de la Agencia Alemana de Comercio Exterior e Inversiones desplazado a Tokio.

Kolbe subrayó que Alemania, a su juicio el referente para los japoneses en robótica europea, ha apostado muy fuerte por una industria que esperan aumente este año un 37 por ciento con respecto a 2010, hasta los 10.000 millones de euros.

La exposición echará el telón el próximo sábado con bailes de robots y proyecciones de películas como "Transformers", que narra la lucha entre dos razas de robots que viven en la tierra camuflados como máquinas, una ficción que estos días, en Tokio, tiene mucho de "ciencia".