El 27 por ciento de las madres tiene piojos, según ha alertado hoy el Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas (CFLP), que desarrolla la campaña informativa "¿Piojos? Prevenir es evitarlos" para advertir de la aparición de este parásito en los niños en edad escolar.

Según un comunicado de la vocal del CFLP María Dolores Almeida, los piojos afectan hasta el 15 por ciento de los escolares y esa cifra es alta si se atiende al volumen de productos que se venden.

Para la farmacéutica la explicación es que se utilizan mal los pediculicidas, ya que se usan como si fuera un champú de tratamiento anticaspa y, también, porque cuando se produce el brote no se ha informado al colegio.

Almeida ha recalcado que hay muchos mitos sobre los piojos pero lo fundamental es prevenir su aparición con revisiones periódicas y exhaustivas a los niños y, en caso de contraerlos, aplicar el tratamiento más adecuado.

Ha informado de que en la provincia de Las Palmas, en niños de 4 a 10 años, el grupo de riesgo mayor, la incidencia es del 15 por ciento de escolares; y de 7 a 10 años es del 10 por ciento.

La ofensiva antipiojos de los farmacéuticos españoles persigue que la población tenga conocimiento de sus características, para lo cual distribuirán más de un millón de dípticos informativos con las principales medidas para prevenir posibles contagios.

María Dolores Almeida ha dicho que es falsa la relación de la presencia de estos organismos microscópicos con la falta de higiene.

En ese sentido ha afirmado que casi todos los niños tienen piojos al menos una vez en la vida, pero, normalmente, es en su paso por la escuela cuando los contraen, en la franja de 3 a 12 años.

El continuo contacto con un niño infectado por piojos puede acabar con un adulto rascándose también la cabeza, comenta Almeida, quien ha añadido que el parásito es un maestro del camuflaje y detectarlo a simple vista entraña muchas dificultades.

Ha recomendado no bajar la guardia y, en lugar de cruzar los dedos y confiar en la suerte mientras no llegue una circular del colegio que alerte de la presencia de estos parásitos, adoptar una serie de precauciones y, sobre todo, conocer las mejores medidas en caso de infestación.

El problema de los piojos de la cabeza es la facilidad con la que se reproducen y se extienden, ha apuntado la farmacéutica, ya que pueden vivir en el cabello un mes y, en ese tiempo, son capaces de poner unos 110 huevos, de los que el 60 por ciento llegará a adulto.

Los piojos no se transmiten por animales domésticos, agua, arena o hierbas, ni tampoco pueden saltar, ni volar, ni desplazarse por superficies distintas de la del cuero cabelludo.

Por su fisiología el parásito sólo está capacitado para agarrarse al cabello, de ahí que únicamente se pueden contagiar por contacto directo de cabeza a cabeza o por el intercambio de cepillos, gorros, coleteros, diademas y otros objetos que hayan tenido contacto directo con el cabello, como auriculares, bufandas o gafas de sol.

Los síntomas de que un niño tiene pediculosis, nombre científico del contagio de estos parásitos, son el picor persistente y el rascado intenso, si bien cuando se tienen por primera vez el prurito puede aparecer bien tarde, apunta Dolores Almeida.

Para prevenir el contagio conviene adelantarse, y ante la sospecha de que el niño pueda estar en contacto con un compañero que ya tenga piojos se debe revisar concienzudamente la cabeza.

"No basta con hacerlo una sola vez o de forma puntual, es necesario vigilarla día a día con paciencia, una lendrera y un paño blanco", ha dicho la farmacéutica.

Cuando se tenga la seguridad de que los parásitos han tomado la cabeza del niño hay que informar al colegio para que avisen al resto de padres, al tiempo que se tiene que aplicar pediculicidas, insecticidas de uso externo en forma de champús, sprays, lociones e, incluso, colonias, que atacan al piojo.