Los españoles mayores de 65 años, unos ocho millones aproximadamente, lo que supone el 17 % de la población, quieren vivir "a tope" la última etapa de su vida, mientras la salud se lo permita, para lo cual reclaman a las administraciones que promuevan políticas activas de envejecimiento.

Este deseo de participar activamente "en la construcción social", de que se tengan en cuenta sus opiniones y acabe "el despilfarro de tan importante capital humano", fue puesto sobre la mesa por el presidente del Consejo Estatal de Personas Mayores, Luis Martín Pindado, en la presentación, hoy en la sede del IMSERSO, del "Libro Blanco del Envejecimiento Activo".

Un voluminoso trabajo -más de 700 páginas- promovido por el Gobierno que permitirá a las administraciones conocer con detalle cómo es y qué piensa este importante y cada vez más activo sector de la población española.

Un documento técnico en el que se analizan "los nuevos y heterogéneos" perfiles de los jubilados españoles, sus necesidades y demandas, así como los efectos que el envejecimiento de la población tiene en la economía, la educación, la participación y la salud pública.

"Es necesario -destacó Martín Pindado- reinventar el tiempo de la jubilación, como un tiempo nuevo en el que los mayores, sin lugar a dudas, podemos seguir siendo útiles".

Ese 17 % de mayores, porcentaje superior desde hace dos años al de los menores de 15, y que pone de manifiesto un incremento en la esperanza de vida de los españoles -que supera los 85 años en el caso de ellas y alcanza casi los 79 en el de ellos, si bien esa distancia se acorta poco a poco- es el resultado del "triunfo de los sistemas de protección social y los avances nutricionales y sanitarios que caracterizan nuestro estado del bienestar".

Una idea en la que profundiza, en el texto que introduce este "Libro Blanco", la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, para quien esta realidad demográfica "requiere actuaciones importantes en el ámbito de la convivencia, la integración y el bienestar".

La ministra advierte de que cada vez es más frecuente encontrar familias "con más generaciones viviendo a la vez" y del hecho de que hoy ser bisabuelo o bisabuela ha dejado de ser una situación novedosa.

"El Libro Blanco de Envejecimiento Activo" propone impulsar modelos de vida saludable entre los mayores, "para mantener la actividad hasta edades avanzadas", pues cada vez es mayor el porcentaje de los que aseguran disfrutar de buena salud. Es el caso del 45,5 % de ellos, ocho puntos y medio más que en 1993.

Por lógica, el porcentaje de los que aseguran tener mala salud se ha reducido en el mismo periodo de tiempo, pasándose de un 24 % a un significativo 14,5 %.

Datos que ponen de manifiesto, según la secretaria general de Política Social y Consumo, Isabel Martínez Lozano, el avance de una "revolución silenciosa" a la que la sociedad debe responder con "cambios inmediatos e importantes" en "nuestro modelo de convivencia".

El informe aporta el dato de que el 53 % de nuestros mayores inician nuevas actividades tras cumplir los 65 años, cuando en 1993 ese porcentaje era sólo del 9,5 %, y que el 43 % quiere participar "activamente y de manera integral" en la sociedad. El 28 % pertenece a organizaciones de todo tipo, y el 8 % participa activamente en las de voluntariado.

El 87 % tiene "clarísimo" que quieren vivir de forma autónoma y en su casa "el mayor tiempo posible", pero sin renunciar a una vida familiar intensa, que asegura disfrutar el 89 %. Ello explicaría que el 70 % contribuya, de forma más o menos voluntaria, al cuidado de sus nietos.

Indicadores todos ellos que, cuando está a punto de iniciarse la celebración del Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional, en 2012, obligan a la sociedad a "interiorizar una serie de prioridades a fin de afrontar con éxito las transformaciones debidas a los cambios demográficos ya en marcha", según la directora general del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), Purificación Causapié.

Las políticas activas que propone el Libro Blanco deberían ir encaminadas, entre otras direcciones, a "facilitar la participación activa" de los mayores "en todos los ámbitos y a todos los niveles de la sociedad", a potenciar "la solidaridad intergeneracional" y a "instaurar una política económica que contemple todo el ciclo vital y facilite las relaciones humanas".