El Gobierno francés, los medios de comunicación y gran parte de los intelectuales galos se solidarizaron hoy con el semanario satírico "Charlie Hebdo", incendiado anoche con cócteles molotov por publicar un número que caricaturizaba la figura del profeta Mahoma.

"Han destruido todo", declaró el dibujante y director de la publicación, Charb, después de que presuntos radicales islámicos quemaran la redacción del semanario y piratearan su página web, dejando un mensaje que denunciaba, en inglés y en turco, la utilización de la figura de Mahoma "con caricaturas groseras y vergonzosas bajo el pretexto de la libertad de expresión".

Los fundamentalistas se ofendieron al saber que la portada del número de este miércoles -que cambió su nombre por el de "Charia Hebdo", en referencia a la ley islámica- anunciaba la contratación de Mahoma como redactor jefe y mostraba una caricatura del profeta amenazando en un bocadillo con "cien latigazos a quien no se muera de risa".

El número, dedicado a la reciente victoria de los islamistas de Ennahda en las elecciones celebradas en Túnez, logró llegar a los kioscos porque ya había sido distribuido en el momento del ataque, hacia la una de la madrugada en Francia.

Lo que los integristas no habían visto aún era el interior de la publicación, donde se muestran viñetas, por ejemplo, en las que un caricaturista dibuja lo que parece un esbozo del rostro del profeta y, ante la indignación de un superior con turbante que grita "blasfemia", le explica que en realidad se trata "solo" de sus órganos sexuales.

"Ninguna religión es compatible con la democracia desde el momento en el que el partido político que la representa toma el poder en nombre de Dios", se puede leer en el editorial de la revista fundada en 1970 que distribuye unos 50.000 ejemplares por semana y cuya edición se agotó a las pocas horas de conocerse el ataque.

El texto agrega que "un musulmán practicante, un cristiano devoto o un judío ortodoxo pueden convertirse en presidentes de una república, incluso de una laica. Un militante de un partido político religioso, no. En fin, puede pero será, Insha''Allah (ojalá), para servir a su religión, su dios y su fe y no a los cretinos que han votado por él".

La solidaridad del gremio no se hizo esperar y, entre múltiples condenas, el director del periódico "Libération", Nicolas Demorand, y el de la revista "Nouvel Observateur", Laurent Joffrin, invitaron a "Charlie Hebdo" a instalarse en sus oficinas.

El director de "Libération", un periódico conocido por su osadía y por dar notable importancia al grafismo, avanzó que en su redacción se plantean editar un número de su diario ilustrado exclusivamente por dibujantes del semanario incendiado, quienes ya se han trasladado a su sede.

Además de asociaciones como SOS Racisme, la Federación Internacional de Derechos Humanos o el caricaturista más prestigioso de Francia, Plantu, también el Gobierno conservador y desde la oposición socialista se posicionaron claramente del lado de los periodistas de "Charlie Hebdo" y de la libertad de expresión.

El primer ministro francés, François Fillon, expresó su "indignación" y pidió que se esclarezca la autoría de los ataques, cuando aún no se habían producido detenciones.

"La libertad de expresión es un valor inalienable de nuestra democracia y todo ataque contra la libertad de prensa debe de ser condenado con la mayor firmeza", agregó el jefe del Gobierno francés en un comunicado.

El ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand, señaló que "la libertad de prensa no se puede separar del sufragio universal" y recordó el ataque y las amenazas que la publicación había recibido a través de Twitter y Facebook en los últimos días.

El titular de Interior, Claude Guéant, calificó el suceso como un "atentado".

Y desde las filas del Partido Socialista, el candidato presidencial, François Hollande, señaló que "el fundamentalismo religioso bajo cualquier forma, debe de ser denunciado". Destacó, además, que "el combate por la libertad de prensa, desgraciadamente, se ha convertido en una práctica desoladora y habitual".

Se trata, esta última, de una referencia a los problemas que, por un asunto similar, conoció en el pasado "Charlie Hebdo".

En 2006, tras reproducir las caricaturas de Mahoma del periódico danés "Jyllands-Posten" que provocaron la ira de los islamistas radicales en varios países y desembocaron el ataque a embajadas europeas, el periódico francés recibió amenazas y llegó a ser denunciado por injurias religiosas.

En aquella ocasión, la publicación, que entonces dirigía Philippe Val, fue absuelta en primera y segunda instancia, al considerarse que las caricaturas de "Charlie Hebdo" no atacaban al islam sino a los integristas.