PERSISTE Televisión Española en informar solo de las temperaturas de Las Palmas en su canal internacional. No será por falta de denunciarlo repetidamente en los comentarios y editoriales de EL DÍA. De la dirección nacional de Televisión Española poco esperamos porque, aunque la ostenta un tinerfeño, un orotavense, como señalábamos hace unos días, existe una consigna en los partidos estatistas, ya sea el PSOE o el PP, de favorecer a la tercera isla, pues es en ella donde tienen sus sedes regionales canarias. Una actitud injusta para Tenerife con la que pretenden pagar la actitud españolista de los dirigentes políticos de Canaria; una isla que siempre se ha aliado con los invasores de esta tierra, incluso ya en los tiempos de la conquista. Decir esto nos duele, porque consideramos que entre los habitantes de esa isla hay patriotas que aspiran por la libertad de Canarias igual que lo hacemos nosotros; pero libertad sin que Las Palmas pretenda ejercer su hegemonía sobre las demás islas.

No esperamos nada, como decimos, de los políticos estatistas del PP y PSOE, ni tampoco -eso también lo reiteramos- de los mandos de Televisión Española, tanto los que están en el Archipiélago -con sede en Las Palmas, como no podía ser de otra forma- como los que dirigen esta sociedad estatal desde Madrid. Sí esperábamos más de los políticos y también de los empresarios tinerfeños. Esperamos desde hace mucho tiempo un gesto del presidente del Cabildo. Una persona que, en virtud de su cargo, está obligada moral y hasta legalmente a defender los intereses de su isla. Pese a ello, don Ricardo Melchior sigue dando la callada por respuesta en este y otros asuntos. Y lo mismo decimos de los empresarios turísticos, con la circunstancia agravante de que es el sector turístico uno de los más perjudicados por las mentiras canarionas. La primera y más importante el indebido "gran" en su nombre; una falacia que sirve de trampa para incautos que, sin conocer las incomparables bellezas de Tenerife, eligen la isla de los secarrales para pasar sus vacaciones y quedan decepcionados. Y aquí, lo decimos un día más, todos tan contentos.

¿Qué hacen -insistimos en preguntar- los políticos de Tenerife para evitar el monopolio televisivo que ejerce Las Palmas, sin que importe para nada que la Televisión Española también se costee con el dinero de los tinerfeños? La dirección está en la tercera isla, que es también donde se realizan casi todos los programas; el centro de producción de Tenerife está prácticamente cerrado. Esto es un ultraje para la principal de las islas del Archipiélago; una infamia que consiente Ricardo Melchior. Fue un error que otro presidente del Cabildo tinerfeño estuviese de acuerdo con que la antena se pusiera en Izaña y, por aquello del equilibrio regional, los estudios se ubicasen en Las Palmas. De aquellos polvos vienen estos lodos.

Y de un tema a otro que también da que hablar. Publicábamos ayer en nuestra página 32 unas "interesantes" declaraciones del torpe político que nos gobierna: "Rivero estima que la rehabilitación turística puede crear 126.000 empleos". Más esperanzas de futuro para un pueblo que se muere de hambre. Un pueblo que ve cada día más mermada su asistencia sanitaria, porque bajo el mandato de este necio político todo es una ruina. Así no se puede gobernar. Hay que gobernar con realidades. Y la realidad es que don Paulino Rivero y su señora esposa tienen que dimitir de sus cargos y marcharse porque entre los dos están acabando con Canarias. El día menos pensado van a provocar una explosión popular en la calle. Es algo que no deseamos, pero lo venimos advirtiendo desde hace mucho tiempo.

Estas torpes manifestaciones las hizo Paulino Rivero durante un desayuno de trabajo organizado por Fepeco; la patronal de la construcción que preside Antonio Plasencia. Creemos en lo que dice Antonio Plasencia, empresario modélico donde los haya, pero no podemos creer en las palabras de quien tanto ha engañado a los canarios como lo ha hecho Paulino Rivero y su esposa, la señora Mena. Que no nos venga ahora el presidente más déspota que hemos tenido con proyectos de rehabilitación de la planta hotelera. Una operación de esta envergadura solo la puede capitanear un político de altura, lo cual no es el caso. Qué desgracia para los canarios estar gobernados por esta pareja de necios políticos, como si no tuviésemos poco con la obligada sumisión a España.