LA GALA LÍRICA ofrecida en el Auditorio de Tenerife Adán Martín el pasado sábado, día 8, constituyó un rotundo éxito. Con un aforo completo, el entusiasmado público disfrutó de una gran velada musical. Este "¡Viva Verdi!", con motivo del 150 aniversario de la unificación italiana, resultó una noche inolvidable, en la que escuchamos bellas y grandes páginas del extenso repertorio del músico italiano.

Para el buen desarrollo del evento, era indispensable contar con una magnífica orquesta y un excelente conductor, como así resultó, ya que fue una delicia sumergirse en cada una de las hermosas partituras, destacando las propias orquestales, las oberturas y preludios de "Vísperas sicilianas", "Aida", "Nabucco", "La fuerza del destino", "Macbeth" y "La Traviata". En todas esas intervenciones, el público regaló grandes ovaciones a la Orquesta Sinfónica y al director. El maestro Jorge Rubio dirigió con gran conocimiento las distintas partituras, señalando una y otra vez las entradas de todos los participantes, lo que motivó agradecidos aplausos por su entrega.

El coro, dirigido por Juan Ignacio Oliva, estuvo muy afortunado en sus números. En la primera parte cantaron "El coro de gitanos", de "El Trovador", y el famosísimo "Va Pensiero…", de "Nabucco"; y en la segunda "Patria Opressa", de "Macbeth", y "Ballabili: Zingarelle-Matadori", de "La Traviata". Sonó empastado y seguro, teniendo en cuenta las dificultades de esas bellas páginas.

En cuanto a las solistas femeninas, perfecta en sus dos intervenciones la lanzaroteña Belén Elvira, una buena mezzosoprano que ya acreditó su solvencia con el papel de Magdalena en "Rigoletto". Una grata sorpresa fue la intervención de Saioa Hernández, soprano de gran voz y equilibrio, que frasea muy bien, con buena presencia escénica, y muy segura. Impactó el volumen de su voz, por lo que fue muy aplaudida en todas sus apariciones.

Como solista masculino tuvimos a Jorge de León, que está viviendo su gran momento. Espléndido de voz e interpretación, canta y actúa con frescura y naturalidad. Su participación fue lo mejor de la noche, y se escucharon grandes "bravos" desde su primera intervención con el "Aria de Radamés", de "Aida". Es una satisfacción contar con un gran tenor en un repertorio dramático muy difícil, y espero con ansia su participación en "Tosca" en unos días. Está triunfando en teatros muy importantes del mundo, y se lo merece por su trabajo, regularidad y constancia. Tras la gala, comentando lo vivido hasta ahora en su carrera, recordamos cuando era un pipiolo a principios de los 90, y Jorge Rubio le hizo una audición en la Peña de Lunes. No sé si llegaba a imaginarse el exitoso futuro que le esperaba.

En definitiva, presencié una gran gala lírica, con un final extraño. Cuando todos esperábamos un conocido bis, como el del brindis de "La Traviata", el evento finalizó con una grabación del himno de Italia muy bien cantado por Mario del Mónaco. Lo encontré fuera de lugar, y creo que incluso desconcertó al público. No se a quién corresponde la decisión, pero lo que pudo haber concluido con una ovación de gala creo que se quedó en un triste aprobado.

Termino con una pequeña aclaración, pues algunas personas me abordaron en los intervalos para preguntarme si era el crítico del periódico. Soy un simple comentarista de la vida, de cómo veo la economía, la política, la educación…, que rememora tiempos pasados, vivencias familiares y que plasma sueños y añoranzas. Hablo de muchos temas, y siendo buen aficionado a la música, en el transcurso del Festival, dedico mis artículos a las veladas musicales a las que he asistido.

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