El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, insistió hoy en la necesidad de ir "más lejos" de las medidas pactadas con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) -que prestan al país 78.000 millones de euros- para corregir los desvíos en las finanzas públicas, estimados en unos 3.000 millones.

De este modo, el mandatario justificó los duros ajustes anunciados anoche, entre los que sobresalen el aumento en media hora diaria de la jornada laboral en el sector privado y la supresión de las dos pagas extra a los funcionarios, trabajadores de empresas públicas y pensionistas que ganen más de 1.000 euros mensuales.

Durante el debate quincenal de la Asamblea lusa, el conservador Passos Coelho asumió la responsabilidad por el presupuesto del 2012 -que incluye estas duras medidas-, aunque no por el alto déficit luso (9,8 % en 2010), en referencia a la anterior administración socialista, que gobernó Portugal desde 2005 hasta junio de 2011.

Asimismo, se lamentó por no poder "pasar una esponja sobre el pasado", en alusión a las deudas acumuladas por las empresas públicas, especialmente las de transportes, a las que atribuye un pasivo en torno a los 30.000 millones de euros.

En respuesta a las preguntas de la oposición, el primer ministro adelantó que el presupuesto también contempla una tasa adicional de tributación de al menos el 5 % sobre las empresas con ganancias superiores a los 10 millones de euros anuales.

Además, explicó que la tasación de las transferencias financieras a cuentas en paraísos fiscales aumentará del 21,5 % al 30 %.

El presupuesto para el 2012, que se presentará al Parlamento la próxima semana, será previsiblemente aprobado en noviembre por los dos partidos del Gobierno, los conservadores Social Demócratas y los democristianos del CDS-PP, que suman mayoría absoluta.

Durante el debate, el Partido Socialista, el principal de la oposición, tildó el nuevo plan de austeridad como "violento" e "injusto" para los portugueses, mientras los partidos más a la izquierda vertieron duras críticas contra la política de austeridad, ya que consideran que ésta frena el crecimiento del país.