La piel se debe proteger también en invierno. Pese a que el sol no caliente como en verano, la radiación solar sigue acumulándose en la piel durante los meses de frío, por lo que se debe continuar protegiéndola e hidratándola, según recomiendan los dermatólogos.

La doctora Cristina Villegas, jefa del servicio de Dermatología del Hospital Sanitas La Moraleja (Madrid) y directora de la recientemente celebrada Jornada de Cuidado Dermatológico, recomienda proteger la piel con crema hidratante que contenga factor de protección solar "15 ó 20". Este factor debe incrementarse "si se van a practicar deportes tales como el esquí o el montañismo", ha indicado en declaraciones a Europa Press.

Los especialistas recomiendan, asímismo, la visita al dermatólogo, "aunque el usuario se encuentre bien", para aprender a revisar la piel, en concreto, los lunares y manchas, que pueden cambiar hasta desarrollarse melanomas. No todos los cambios de este tipo en la piel son peligrosos, pero una correcta "educación" en el diagnóstico precoz por parte del paciente es clave para efectuar una actuación rápida y a tiempo, según ha explicado la doctora Villegas.

La doctora recuerda que no sólo son las quemaduras solares y temporales el único peligro que la piel corre al exponerse al sol de manera incorrecta. Las consecuencias pueden ser más graves, "desde el fotoenvejecimiento hasta el cáncer de piel".

La contaminación y el consumo continuado de alcohol y tabaco son otros factores de riesgo para una piel desprotegida. "La contaminación obstruye los poros y provoca sequedad en la piel". Por su parte, el tabaco provoca el envejecimiento cutáneo o la aparición prematura de arrugas, todo ello en una piel menos tersa y luminosa. El alcohol, consumido de forma abundante y continuada, dilata los vasos sanguíneos que pueden llegar a hacerse visibles en la nariz y las mejillas, ha advertido.

Por todo ello, los dermatólogos dan una serie de consejos para evitar daños en la piel, como son la hidratación y limpieza diaria, la protección del sol, el mantenimiento de una dieta sana y mediterránea, rica en frutas, verduras, lácteos, proteínas, etc.

Por último, beber agua en abundancia y diariamente, también en invierno, "ayuda a la piel a liberar toxinas" y a mantenerse hidratada, por lo tanto, más protegida, ha concluido la doctora Villegas.