El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, anunció hoy un nuevo programa de compra de bonos garantizados -en España conocidos como cédulas hipotecarias y territoriales- y dos inyecciones de liquidez durante un año para ayudar a refinanciarse a los bancos de la zona del euro.

Las bolsas europeas cerraron con subidas superiores al 3 % tras conocerse la decisión del consejo de gobierno del BCE, que en la reunión en Berlín también mantuvo los tipos de interés en el 1,5 %, aunque discutió una bajada.

En su última rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno, tras ocho años al frente de la entidad y después de haber afrontado la peor crisis financiera y económica desde la Gran Depresión, Trichet dejó entrever que el BCE ha pospuesto la bajada de los tipos de interés de la zona euro, probablemente hasta finales de año.

Trichet destacó que la reunión estuvo centrada en las medidas extraordinarias adoptadas para contribuir al buen funcionamiento de algunos segmentos de los mercados y que en definitiva van a ayudar a los bancos de la eurozona a financiarse.

El BCE ha puesto en marcha de nuevo -ya lo hizo por primera vez en 2009- dos de sus medidas no convencionales para garantizar que los bancos comerciales tengan suficiente liquidez en un momento en que se ha reducido el crédito en el mercado de dinero por la pérdida de confianza debido a la situación de Grecia y el peligro de contagio.

El BCE comprará bonos garantizados en el mercado primario, es decir nuevas emisiones, y en el secundario, títulos ya existentes, por un valor total de 40.000 millones de euros y asegurará liquidez ilimitada hasta julio de 2012.

Asimismo el Banco de Inglaterra mantuvo los tipos de interés en el 0,5 %, pero aumentó en 75.000 millones de libras (86.000 millones de euros) su programa de emisión de dinero, hasta los 275.000 millones de libras (315.000 millones de euros).

Con la compra de bonos garantizados, medida que el BCE ya introdujo en julio de 2009, la entidad quiere ayudar a un segmento del mercado financiero muy importante, porque es una fuente de financiación habitual de los bancos.

El BCE comenzará a comprar bonos garantizados el próximo mes de noviembre y prevé concluir las adquisiciones en octubre de 2012.

Los bonos garantizados están asegurados por créditos hipotecarios, o cédulas hipotecarias, y por préstamos al sector público, conocidos en España como cédulas territoriales.

En teoría, se trata de un producto muy seguro ya que dispone de garantías adicionales: la cartera hipotecaria o de préstamos al sector público de las entidades emisoras y las que ofrece el propio emisor.

El presidente saliente del BCE anunció también que éste va a prestar a los bancos comerciales de la eurozona toda la liquidez que soliciten en dos operaciones con un vencimiento de un año, medida que ya había aplicado a finales de 2009.

Trichet explicó que el BCE va a efectuar una operación de inyección de liquidez en octubre con vencimiento a doce meses y otra en diciembre con vencimiento a trece meses.

El tipo de interés que los bancos pagarán una vez que venza la operación será indexado a la media a la que se encuentre la tasa de interés rectora del BCE durante el periodo de vida de la operación.

El BCE prestará a los bancos también todo el efectivo que necesiten hasta julio de 2012 en las operaciones regulares de refinanciación con vencimiento a una semana, un mes y tres meses.

La provisión de liquidez continuará asegurando que los bancos de la zona euro tengan suficientes fondos para cumplir sus compromisos, según el BCE, en un momento que parecía inminente la aparición de una nueva crisis de liquidez.

Todas las medidas extraordinarias que se han tomado en el periodo de agudas tensiones en el mercado financiero "son de naturaleza temporal", enfatizó Trichet.

Además, calificó de "bajo" el nivel actual de los tipos de interés en la zona euro, por lo que dejó entrever que la entidad monetaria tiene margen de maniobra para reducirlos más en caso necesario.

Trichet dijo que el consejo de gobierno discutió la posibilidad de bajar los tipos de interés o de mantenerlos, y al final decidió por consenso dejarlos inalterados.