La lluvia de meteoros que se producirá el sábado podría tener una tasa de actividad inusualmente alta, pero el brillo de La Luna, el pequeño tamaño de los mteoroides y su baja velocidad dificultarán su observación, ha informado hoy el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

La lluvia de Dracónidas 2011, que recibe ese nombre porque parece radiar de la constelación del Dragón, produce cuando la Tierra se encuentra con rastros de polvo (meteoroides) generados por el cometa 21P/Giacobini-Zinner al acercarse éste a las regiones interiores del sistema solar.

El IAC indica en un comunicado que algunas predicciones hablan de máximos en torno a 600 u 800 meteoros por hora, y explica que el máximo de la lluvia se prevé que sea entre las 17 y las 22 horas del sábado.

Añade el IAC que cuando un cometa se acerca a su perihelio o punto más cercano al Sol en su órbita alrededor del astro, su núcleo, formado por hielo y rocas, se sublima debido a la acción de la radiación solar y genera las características colas de polvo y gas.

La corriente de partículas resultante se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su recorrido alrededor del Sol.

Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.

Según los modelos actuales, el sábado próximo la Tierra atravesará varias nubes de polvo producidas por el cometa entre 1873 y 1907.

Los granos de polvo que dan lugar a las Dracónidas son de pequeño tamaño (menores que 1 milímetro de diámetro), y entran en la atmósfera de la Tierra a bajas velocidades (unos 20 kilómetros por segundo), lo que hace que los meteoros sean poco brillantes comparados con otras lluvias de estrellas.

Este factor, unido al brillo de la Luna que estará cercana a Luna llena, hará que sólo sean visibles entre un 5 y un 20 por ciento de los meteoros.

Este evento permitirá estudiar la actividad del cometa 21P a su paso por el perihelio, determinar con mayor precisión la órbita del mismo, mejorar los modelos de predicción de lluvias de meteoros, evaluar el riesgo de este tipo de lluvias para los satélites que orbitan la Tierra y estudiar la composición de los meteoroides.

El instituto estadounidense SETI, de NASA, participará en un vuelo europeo para estudiar la lluvia desde la alta atmósfera a bordo de un pequeño reactor.