"Ayer, cuando vi la imagen utilizada por la campaña de Dior (que utiliza a Monica Bellucci con una flor también en el ojo) me quedé sorprendido. No lo sabía". Con estas palabras, Alfonso Bravo, autor del cartel anunciador del Carnaval, niega que haya plagiado la fotografía para adaptarla a la fiesta de la máscara. "En la moda, siempre se ha utilizado y jugado con la flor y la belleza; si la flor la hubiera puesto en la cabeza, o en la boca, también me habrían acusado de plagiar". "Esto está muy lejos de ser un plagio. Si confundimos parecido con plagio, el mundo sería un plagio porque hay muchas cosas que se parecen a otras".

"Ha sido una casualidad", dijo Bravo, quien recuerda que ya sabía que el cartel iba a ser polémico, no por el debate del plagio, sino por el cambio de técnica, tal vez el uso de un color tenue. "Hay gente que dice que el cartel es una portada de revista, que parece que es del Vogue... para mí eso es todo un halago como tinerfeño, carnavalero y chicharrero". "Hay quien también dice que utilicé los pitos de murgas en un guiño a esa modalidad para evitar las críticas... Eso es falso. Quise hacer un cartel estético, que se pueda interpretar a nivel internacional. Yo no me escondo detrás de nada. La murga es la chispa del Carnaval y por eso utilicé los pitos", explica.

La polémica, suscitada por la foto de la campaña de Dior con otra chica con la flor en un ojo -imagen que ya publicó EL DÍA ayer-, cuestiona la originalidad del cartel, máxime cuando este tipo de obras están "bajo sospecha" después de los plagios en 2010 del cartel de Las Palmas (con Eurovisión) y de Arona (con Cádiz).

A preguntas de EL DÍA, el gabinete de prensa de Fiestas rechazó que la organización vaya a retirar el cartel. "Ya se presentó y es oficial". "Además, no hay plagio, es una casualidad; en el arte de la fotografía está todo inventado".

Entre las reacciones al cartel, destaca la del historiador Ramón Guimerá, designado la semana pasada asesor de Fiestas a propuesta del concejal, aunque el propio Guimerá dijo ayer que no tiene constancia oficial de su elección.

Sobre el cartel, el historiador murguero define el cuadro como "la versión femenina de Eduardo Manostijeras con dos pitos de murgas". "Si se confirma la coincidencia con la campaña de Dior, sería denigrante y de vergüenza". "El cartel vale tanto para el Carnaval de Santa Cruz como para el de La Verdellada o de otro punto a nivel nacional o internacional". El colmo, para Guimerá, es que "la modelo elegida tampoco es paradigma de la mujer canaria (morena, de ojos y pelo oscuro), pues la modelo del cartel más parece una sueca, con pelo rubio y ojos claros". Tal vez estas declaraciones le impidan llegar a sentarse como asesor de Fiestas, pero Guimerá concluye: "El cartel parece una propaganda de peluquería, le falta color".