El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene su presión sobre los políticos y las instituciones europeas, a los que ayer instó a no estrangular las economías con ajustes excesivos; además, recomendó al Banco Central Europeo (BCE) que baje los tipos de interés y siga comprando deuda mientras dure la crisis.

En su informe "Perspectivas económicas regionales: Europa", que fue presentado ayer por el director del FMI para el continente, Antonio Borges, la institución internacional considera que la crisis requiere que el BCE "mantenga una política monetaria con una orientación acomodaticia, e incluso la relaje mientras persistan los riesgos para el crecimiento y la estabilidad financiera y se mantengan bien ancladas las expectativas inflacionarias".

El consejo de gobierno del BCE se reúne hoy para tratar la política monetaria de la eurozona y otras medidas extraordinarias con las que estabilizar la situación en los mercados financieros.

A pesar de la reclamación del FMI, la mayoría de analistas prevé que el BCE mantendrá los tipos en el 1,5%, nivel en el que se sitúan tras los incrementos de un cuarto de punto de abril y julio.

Para atajar la crisis de la deuda soberana en Europa, es igualmente importante para el FMI "una implicación continuada" por parte del BCE a través de su programa de compra de deuda pública de países de la moneda única.

En este sentido, Borges aclaró que el FMI no contempla la compra de deuda pública de países europeos con problemas financieros junto con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

"Déjenme ser claro acerca de unos comentarios que realicé antes. El Fondo solo puede prestar sus recursos a los países, y no puede utilizarlos para intervenir en los mercados de bonos de deuda directamente", explicó Borges en un comunicado del FMI.

Corrigió así sus declaraciones previas, en las que abrió la posibilidad de que el FMI se sumase al FEEF en la compra de deuda italiana y española.

Rebote de las bolsas

Por otro lado, la ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, descartó que la economía del país vuelva a sufrir una recesión y aseguró que el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá en el cuarto trimestre de 2011 y en el primero de 2012.

De esta forma negó la previsión del banco de inversión Goldman Sachs, que estima que la economía española caerá dos décimas en el último trimestre del presente año y se contraerá otras dos en el primero del próximo.

Salgado indicó que "cada día sale la previsión de algún analista que entiende que debe ser más pesimista que el anterior" y puntualizó que habrá una desaceleración, no decrecimiento.

En el terreno bursátil, los rumores sobre que la Unión Europea actuará de forma contundente para parar los efectos de la crisis en la banca espolearon ayer a las bolsas del continente, que se desquitaron tras tres jornadas de caídas.

Todos los índices del viejo continente rebotaron con fuerza, liderados por el DAX alemán (4,91%) y el CAC 40 francés (4,33%). El español Íbex 35 repuntó un 3,06%.

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