La gran expectación creada desde que se supo que a finales de septiembre podría repetirse la subida de mar en el pueblo santacrucero de San Andrés, que en agosto ocasionó considerables daños, se desinfló durante la madrugada y al mediodía de ayer, cuando estaba previsto el mayor nivel de plenamar. Los vecinos, autoridades, operarios y curiosos que estuvieron pendientes de esta parte del litoral capitalino desde la tarde del martes y durante la jornada de ayer se toparon con un mar absolutamente en calma que, pese a subir como corresponde cada seis horas, ni de lejos puso en riesgo la avenida, sobre todo teniendo en cuenta las medidas preventivas y la protección habilitada por el consistorio, para lo que gastó unos 100.000 euros.

Aunque habrá que estar pendiente de lo que pueda pasar en las próximas horas y días, todo parece indicar que la alarma ha sido, en este caso, bastante en falso, si bien los vecinos agradecen el esfuerzo sin precedentes realizado por el ayuntamiento. Eso sí, confían aún más en que se cumplan las últimas promesas y anuncios y se haga realidad cuanto antes el proyecto de la ansiada escollera tras la eliminación del rompeolas.

En este sentido, los grupos municipales acordaron ayer, tras una propuesta de Sí se Puede, aprobar en el pleno de mañana una moción institucional para pedir la declaración de urgencia para las obras de ese dique.

El concejal Pedro Fernández Arcila se felicita por haber logrado el apoyo de todos los grupos después de varias semanas de negociaciones, centradas especialmente, según señala, "en las condiciones para la creación de una comisión de seguimiento con participación vecinal", finalmente acordado.