Luis Morales, de 52 años de edad y socio de Marina San Miguel, sufrió ayer un accidente en el mar cuando partió a mediodía, junto a tres amigos, en su yate de vela de 12 metros de eslora, según los datos facilitados por miembros de la referida institución náutica.

Al parecer, la víctima había previsto salir de recreo por la costa de Amarilla Golf, para retornar junto a sus compañeros de travesía para almorzar la paella que había contratado en la Marina San Miguel. Sin embargo, un golpe de vela provocó un brusco movimiento de la botavara del mástil cuando Luis Morales se encontraba en plena maniobra, según narraron sus compañeros de travesía, que matizaron que no había colocado un "cabo de respeto", lo que hubiera evitado el accidente. Esto hizo que cayera al agua, al parecer sin chaleco salvavidas, precisan las mismas fuentes, pues de haberlo tenido puesto su cuerpo hubiera salido a la superficie. Sin embargo, desde que se registró la primera alarma, sobre las 13:00 horas de ayer, hasta el cierre esta edición no se había encontrado el cuerpo de este. Desde la una de la tarde, efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo, entre otros cuerpos de seguridad se entregaron sin éxito a la búsqueda de Luis Morales, quien, siempre según las mismas fuentes, explotaba una farmacia de Arona junto a su esposa.

Tras caer al mar, uno de sus acompañantes se tiró al mar para intentar ayudarlo, pero solo pudo ver cómo se hundía su cuerpo. Dado que la víctima era la única de los cuatro ocupantes del yate que sabía maniobrar, fue preciso que desde otra embarcación próxima saltaran para conducir el yate de vela a la Marina San Miguel.

Padre de una pareja de jóvenes, era el patrón de una embarcación bien equipada y capaz de cruzar hasta el Atlántico, añadieron las fuentes. Aunque no era un "lobo de mar", le gustaba la navegación, lo que había llevado a atracar su yate en San Miguel hace poco más de seis meses. Hoy los GEAS volverán a zambullirse, esta vez con turbinas. Ayer reconocieron que había mucha corriente que les perjudicó en el operativo de rescate, para buscar el cuerpo.