Las grandes diferencias de altura en zonas muy cercanas en Canarias facilitan la construcción de centrales hidroeléctricas reversibles, el mejor sistema de almacenamiento masivo de energía que se conoce, que permitiría que otras energías alternativas, como la eólica y la fotovoltaica, entraran con más fuerza en el "mix energético" canario.

Así lo explica en una entrevista Manuel García Román, ingeniero especializado en Hidrología y profesor de la Universidad de La Laguna, quien añade que la energía hidroeléctrica reversible puede solventar uno de los "grandes problemas" que tiene la implantación de energías renovables, ya que cuando no hay viento no hay energía eólica y en horas nocturnas no hay fotovoltaica.

El procedimiento de las centrales hidroeléctricas reversibles consiste en aprovechar los excesos de energía eólica o solar para bombear agua desde un estanque inferior a otro superior para almacenarla.

Cuando se produzca el "cero" eólico o fotovoltaico el agua se deja caer para que mueva una turbina y así genere energía hidroeléctrica, que compensa la bajada en la producción de las otras dos fuentes.

El doctor en Matemáticas indica que Canarias tiene un territorio con ventajas relacionadas con sus características orográficas, ya que hay zonas muy cercanas con cotas muy diferentes que facilitarían la implantación de este tipo de infraestructuras.

El complejo de Gorona del Viento que se construye en la isla de El Hierro es un ejemplo de este tipo de instalaciones, agrega.

García Román añade que la gran diferencia de cota en zonas cercanas es una gran ventaja, ya que cuanto mayor sea el desnivel entre los dos embalses, mayor será la cantidad de energía que es posible almacenar.

Por otro lado, cuanto más cercanos estén los embalses, menor será la longitud de la tubería que los debe unir y las pérdidas de energía hidráulica en el transporte serán menores.

Se ha estudiado la posibilidad de utilizar como embalse inferior el mar y bombear agua salada, aunque el ingeniero especializado en Hidrología advierte de que hay varios inconvenientes, como el peligro de que ocurra una filtración de agua salada en el embalse superior, circunstancia que tendría efectos en el medioambiente y el acuífero.

Además, los materiales con los que se construirían las tuberías y los elementos expuestos de las bombas y turbinas deberían ser resistentes a la alteración química que provoca el agua salada para evitar su degradación, señala el doctor en Matemáticas.

Manuel García Román reseña la posibilidad de utilizar en Canarias la denominada energía microhidráulica, que consiste en aprovechar la caída del agua en pequeños caudales permanentes, como los bajantes de galerías que estén a cotas altas.

El ingeniero en Obras Públicas reconoce que con este sistema se obtendría una cantidad mínima de energía, pero se podría utilizar para aplicaciones concretas en las que exista demanda localizada, como la alimentación de antenas de telefonía o repetidoras de la señal de televisión.

El gran inconveniente para la construcción de presas que permitan el desarrollo de este tipo de sistema energético está en la elevada permeabilidad del suelo de algunas de las islas, debido a que todavía no ha ganado impermeabilidad con la degradación de las estructuras.

El ingeniero agrega que hay islas, como Gran Canaria y La Gomera, que son geológicamente más antiguas y que tienen unas condiciones más favorables para la construcción de presas, pero el caso de Tenerife y otras islas de formación más reciente es más complicado.

La alternativa a la presas como infraestructuras de almacenamiento son las balsas, aunque generalmente tienen menor capacidad, sobre lo que Manuel García Román resaltó que en Canarias hay muy buenos expertos en la construcción de este tipo de instalaciones.