El que iba ser el edificio de aparcamientos de la playa de Las Teresitas, conocido popular y peyorativamente como "mamotreto", será reducido a escombros gracias a la ejecución de unos trabajos de demolición que costarán unos 200.000 euros, según las estimaciones iniciales que maneja la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz.

El concejal de Urbanismo, José Ángel Martín (PSC), parte de una premisa clara y concisa para echar por tierra las opiniones de aquellos que, aún estando en contra del proyecto de urbanización de Las Teresitas, creen que ahora lo que se va a hacer es tirar el dinero: el "mamotreto" es un edifico construido de forma ilegal que invade la delimitación marítimo-terrestre y no respeta la servidumbre de protección por lo que para restituir la legalidad es preciso derribarlo.

Además, según desvela el edil este proceso se realizará "en un muy corto plazo" y todo apunta a que las intenciones de Urbanismo pasan por comenzar el proceso de demolición antes de que finalice el año. Una vez que el consistorio capitalino ha desechado el proyecto que el arquitecto francés Dominique Perrault diseñó en 2003 para reconvertir Las Teresitas en lo que algunos denominaron como un "playa fashion", el "mamotreto" se ha convertido en el único vestigio que recuerda la intención inicial del ayuntamiento (pese a que Perrault se empeñe en mantener el proyecto en su página web).

Asimismo, sobre este inmueble, además, hay otra causa penal abierta en el Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Cruz de Tenerife con el fin de determinar si en la autorización para el inicio de las obras se cometió un supuesto delito de prevaricación, ya que el edificio invade dominio público de Costas, una causa por la que están imputados tres ediles de CC del anterior mandato (Manuel Parejo, Luz Reverón y Norberto Plasencia) .

El edificio, construido sin las debidas autorizaciones que provocaron que la Dirección General de Costas retirara los diez millones de euros que destinó, licitó y adjudicó para la playa de Las Teresitas, supuso un desembolso de 2,5 millones de euros en su planificación y otros 4,3 millones en la propia obra.

De ahí que ahora deban tirarse a la basura 6,8 millones de euros invertidos en una estructura que comenzó a edificarse en 2007 y quedó suspendida a comienzos de 2009 a raíz de la investigación de la fiscal de Medio Ambiente en Santa Cruz de Tenerife, Inmaculada Violán, por un presunto delito de prevaricación urbanística y del territorio.

Además, a los 6,8 millones que ha costado la planificación y construcción en estructura del "mamotreto" hay que sumar otro millón de los costes indirectos ocasionados por la paralización del proyecto, tanto las minutas para indemnizar a los técnicos y a la empresa OHL como los costes de seguridad para que nadie entrara en el complejo inacabado.

La sentencia del 12 de mayo pasado, que ratificaba el derribo del inmueble y que rubricaba el magistrado Francisco Plata, simbolizó el tiro de gracia al "mamotreto" ya que rechazaba el recurso contencioso-administrativo presentado por el exalcalde Miguel Zerolo y los otros diez concejales de CC contra el propio Ayuntamiento de Santa Cruz, en el que solicitaban que se declarase no conforme a derecho el acuerdo plenario de 18 de septiembre de 2009 que apostaba por su derribo.

Los planes de la Gerencia Municipal de Urbanismo pasan por armonizar, en la medida de lo posible, la culminación del derribo del edificio con el nuevo proyecto de integración del espacio en el conjunto de la playa (en el que ya se está trabajando) para mejorar la playa a un coste mucho menor que los 34 millones de euros del proyecto de Perrault.

La nueva situación hace que el ayuntamiento deba iniciar el procedimiento administrativo para cumplir con el derribo, ratificado en su día por el juez ya que el edificio es propiedad del consistorio, no tiene ningún uso y, además, no existen otras partes perjudicadas, más allá de la constructora.