El presunto asesino de Oslo, Anders Behring Breivik, podría ser acusado de crímenes contra la Humanidad, un delito que conllevaría una pena máxima de 30 años, en vez de los 21 años en caso de ser inculpado únicamente de terrorismo, a pesar de que su abogado ha afirmado que Breivik es un "enfermo mental". Mientras tanto, el ministro noruego de Justicia e Interior, Knut Storberget, ha defendido la "fantástica" actuación de la Policía tras los atentados, en respuesta a las críticas de los medios de comunicación por la lentitud con que se reaccionó tras la matanza.

Los fiscales podrían ampararse en la ley de 2008 sobre crímenes contra la Humanidad, según ha declarado un profesor de Derecho Penal de la Universidad de Oslo, Staale Eskeland. "El criterio de base es el homicidio sistemático de civiles", ha explicado.

Así, Eskeland ha precisado que la pena máxima contemplada es de 30 años. En cambio, las penas derivadas de las leyes antiterroristas prevén un máximo de 21 años. No obstante, ha advertido que la pena en sendas condenas pueden ampliarse hasta cinco años si se considera que existe riesgo de reincidencia.

De momento, Breivik ha sido acusado de "desestabilizar o destruir las funciones básicas de la sociedad" y de "crear pánico grave entre la población". Según el fiscal de la Policía, Christian Hatlo, Breivik podría pasarse prácticamente el resto de sus días en la cárcel.

EL ABOGADO DE BREIVIK DESCRIBE A SU CLIENTE COMO UN "ENFERMO MENTAL"

El abogado de Breivik, Geir Lippestad, ha declarado este martes que todavía es "demasiado pronto" para determinar si su cliente va a alegar problemas psicológicos como atenuante puesto que se considera a sí mismo "el único depositario de la verdad", pero "el caso, en su conjunto, indica que es un enfermo mental".

En todo caso, Lippestad, miembro del Partido Laborista, cuya rama juvenil fue el objetivo del tiroteo efectuado por Breivik el pasado viernes en la isla de Utoya, al oeste de Oslo, ha advertido de que abandonará el caso si su cliente no acepta hacerse una prueba psicológica.

Un destacado psiquiatra forense noruego, el profesor Yngve Ystad, ha advertido este martes de que en Noruega únicamente sirven como atenuantes o eximentes penales los casos de psicosis con alucinaciones, los delirios o las situaciones en los que el afectado no estaba consciente en el momento del crimen, circunstancias que, a su juicio, no se dieron en Breivik.

"Él asegura que lamenta lo que ha hecho, pero que era necesario hacerlo", ha comentado el abogado. Lippestad ha explicado que Breivik "odia todas las ideas y los valores occidentales de la democracia, cree que éste es el comienzo de una guerra que durará 60 años" y que es partidario de "un dictador" que ponga fin al multiculturalismo y a la democracia. "Se ve a sí mismo como un guerrero" que "ha iniciado esta guerra, y se siente en cierto modo orgulloso de ello", ha afirmado Lippestad.

En el manifiesto de 1.500 páginas que Breivik publicó por internet, el presunto asesino describió al primer ministro ruso, Vladimir Putin, como una persona "digna de respeto" y como una de las dos personas a las que querría conocer, algo a lo que el portavoz de Putin ha contestado que son "los delirios de un lunático".

Aparte, el abogado ha precisado que Breivik había utilizado "algún tipo de drogas" antes de cometer los atentados, y se había mostrado sorprendido de que no le hubieran matado mientras efectuaba los disparos o mientras se le trasladaba el lunes al tribunal.

Asimismo, Lippestad ha afirmado que Breivik declaró el lunes ante el juez que forma parte de una red antiislámica que tiene "dos células en Noruega, pero también otras varias en el extranjero", aunque la Policía noruega ha puesto en duda estos argumentos del procesado.

STORBERGET CALIFICA DE "FANTÁSTICA" LA ACTUACIÓN DE LA POLICÍA

El ministro noruego de Justicia e Interior, Knut Storberget, ha calificado este martes de "fantástica" la actuación de la Policía tras los atentados, en respuesta a las críticas que ha recibido la institución de los medios de comunicación por la lentitud con que reaccionó tras la matanza.

"Es muy importante que tengamos un enfoque abierto y crítico, pero cada cosa tiene su tiempo", ha declarado el ministro ante los periodistas tras entrevistarse con el jefe de la Policía.

Según los medios, un grupo armado especial de la Policía tardó más de una hora en acudir a la isla de Utoya, donde Breivik había empezado a disparar a los asistentes a una reunión de las juventudes del Partido Laborista.

Además, Storberget ha negado también que la Policía haya infravalorado el peligro de los grupos de ultraderecha. "No acepto las informaciones que dan a entender que no hemos vigilado al microscopio a la ultraderecha", ha aseverado.

A raíz de los acontecimientos, los ministros de Interior de la Unión Europea invitarán a las autoridades noruegas a su próxima reunión, el 22 de septiembre en Bruselas, con el objetivo de intercambiar información y analizar la amenaza de los "extremismos y la xenofobia".