La consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno canario, Inés Rojas, ha afirmado hoy que la política de ayudas propia del Estado del Bienestar de los últimos cincuenta años en España ha acomodado a la gente y no ha sacado lo mejor de ella.

Así lo afirmó la consejera en su intervención después de que el nuevo viceconsejero de Políticas Sociales e Inmigración, Melchor Núñez, jurara su cargo, y de que prometieran cumplir con sus nuevas funciones la directora general de Deportes, Milagros Luis Brito, y el director general de Cooperación y Patrimonio Cultural, Aurelio González.

Rojas aludió al mandato que el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, ha encomendado al equipo que dirige para "sacar a Canarias de la situación en la que está", un reto que "no es ninguna broma", dijo, y que hay que conseguir trabajando con "solidaridad, cohesión y equilibrio", pero también con "talento, energía e ilusión".

Para ello, la consejera advirtió que "habrá que tomar decisiones" que harán que "muchas cosas vayan a tener que cambiar", de tal forma que "no volverán a ser como han sido en los últimos cincuenta años" porque, a su juicio, hemos creído que se había logrado construir un "potente y sostenible estado del bienestar y para que lo sea deben cambiar muchas cosas".

Preguntada por los cambios que, en su opinión, hay que articular "para que en Canarias cada día más gente viva mejor", Rojas explicó que lo primero que hay que hacer es "ayudar a que la gente que ahora lo está pasando mal pueda solventar la situación hasta que llegue un tiempo mejor".

Agregó que tras trabajar en esa labor de cohesión, también hay que centrar los esfuerzos en decidir "cómo nos vamos a organizar en el futuro" porque, dijo "está claro que la estructura que teníamos consolidada en los últimos cincuenta años es vulnerable" y hay que lograr que "cuando una crisis vuelva, porque son cíclicas y, aunque sea en menor medida, volverán, no ataquen y no se vea más afectada la gente más desfavorecida".

Según la consejera, para conseguir un estado de bienestar mucho más sólido y sostenible no se debe trabajar sólo desde un punto de vista "subvencionista", ya que "si un día llega una crisis económica y no hay dinero para subvenciones se va a resentir la gente que estaba recibiéndolas".

Por ello, abogó por otro tipo de fórmulas "para que las personas que están en una situación complicada realmente puedan salir de ellas", ya que, en su opinión, en España ha habido un gran derroche de las capacidades de su gente, que no se han puesto en valor, básicamente porque se ha acomodado a una política de subsidio, con la que "no da de sí todo lo que tiene".