Cócteles clásicos pero también innovaciones más rompedoras como "Besa mi vaso" sirvieron esta semana para combatir las altas temperaturas de Nueva Delhi en la primera competición internacional de bármanes que pisa la India.

El certamen "Diageo World Class 2011" llevó su tercera edición a la capital del país asiático, donde un total de 32 participantes de todos los rincones del globo midieron sus habilidades y arte en la creación de cócteles entre el 11 y el 14 de julio.

El evento tuvo lugar en uno de los hoteles más lujosos de Nueva Delhi. Pequeñas salas con ambientación de bares a ambos extremos del pabellón fueron el escenario de las pruebas, a las que se acercaban nerviosos los concursantes, impecablemente vestidos.

"Poco a poco los nervios van desapareciendo, lo más difícil de controlar", comentó el costarricense Adrián Camacho, que explicó que se le hizo un poco complicado adaptarse a los sabores "explosivos" de la India para preparar sus cócteles.

Él fue uno de los hispanohablantes del campeonato, en el que hubo bármanes de Colombia, España, México, Puerto Rico o la República Dominicana, quienes, debido a las reglas, tuvieron que limitar sus creaciones a las posibilidades que ofrecían los productos locales.

"Uso el limón porque quiero darle a mi cóctel una parte física, un equilibrio", explicó al jurado el colombiano Jorge Garzón durante una de sus intervenciones, al tiempo que agitaba la coctelera con una amplia sonrisa.

Su examinador, "el maestro" Salvatore Calabrese, destacó de Garzón su alegría, la buena presentación, pero criticó que uno de los combinados era muy dulce y se quedaba "un poco corto de alcohol, por lo que el cliente podría enfadarse".

En otra demostración, el español Alberto Pizarro, improvisó a contrarreloj una serie de cócteles bajo la atenta mirada de un jurado que, mientras simulaba estar en una barra de un bar, le iba diciendo el tiempo que le faltaba.

"Es un honor estar aquí, porque es un concurso de coctelería pero te evalúan en todas las secciones que puede tener un barman: hacer los cócteles para que estén buenos, el maridaje, hacerlos rápido, la técnica", explicó visiblemente satisfecho Pizarro.

Desde que Tom Cruise sacó a los bármanes del armario con su película "Cocktail" (1988), la imagen colectiva de estos seres nocturnos e intocables al otro lado de la barra no ha hecho más que enriquecerse, hasta bañarse en un aureola de misticismo, o casi.

"Principalmente he convivido con gente que ha criticado mucho mi trabajo, diciendo que es para gente que no tiene futuro, que no tiene visiones, y llegar a este nivel me hace sentir muy bien", dijo convencido el mexicano Jesús Cabrera.

Cabrera fue elegido mejor barman en la sección regional de Latinoamérica, mientras que el japonés Manabu Ohtake se coronó como el campeón de la "World Class 2011", un premio lleno de prestigio y reconocimiento dentro del gremio.

El campeonato también sirvió para recordar la denuncia social, como en el caso del puertorriqueño Roberto Berdecía, que dio a uno de sus cócteles el nombre de Mirna Mack, destacada antropóloga guatemalteca asesinada en 1990 por su defensa de los indígenas, y añadió al combinado manzana, la "fruta favorita" de la activista.

También desde el Caribe, de la República Dominicana, llegó Patricia Toribio, una de las pocas mujeres de la competición, contenta por enriquecer con su presencia un mundo, el del barman, eminentemente masculino.

"Me siento orgullosa por ser mujer y poder estar en una competencia de este tipo, porque aunque es un poco difícil el hecho de ser mujer y estar en el ambiente del bar, de la barra, un ambiente de hombres, a la vez es algo muy enriquecedor".