UNO DUDA si atreverse o no a comentar lo que dicen que está pasando en el Cabildo Insular de Tenerife, durante y tras la constitución de la nueva corporación con vigencia del resultado de las recientes elecciones. Tengo memoria, hasta que me alcanzan los recuerdos, de que este Cabildo ha sido una corporación que siempre formaban personas serias, competentes, honorables, responsables y de alto nivel personal y profesional.

Es verdad que durante la reciente campaña electoral hubo chanchullos no habituales en el Cabildo. El presidente Ricardo Melchior nunca disimuló sus intenciones de repetir en el cargo, al que también se presentaba uno de los vicepresidentes de gran prestigio como el catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna Antonio Alarcó, en representación del Partido Popular, y de un destacado miembro del Partido Socialista.

Quizás, en la precampaña el profesor Alarcó, ya consejero, intrigó un poco cuando declaró que esperaba contar con la ayuda del candidato socialista para desbancar a Melchior, y esto pocos lo creyeron, porque un entendimiento entre socialistas y el PP es difícil de entender, cuando no imposible. Pero Alarcó, posiblemente creyendo que para los del PSOE primero estaban las conveniencias que los ideales, creía salirse con la suya.

Al final, faltó el entendimiento y se constituyó el Cabildo, en el que Alarcó siguió siendo consejero y Melchior volvió a ser presidente. Y cuando todo parecía funcionar normalmente, empiezan las diferencias. Trasciende a la calle, por medio de la prensa y de internet, que el PP insular acusa al presidente Melchior de sostener una especie de litigio permanente con el señor Alarcó y no precisamente por ser este un adversario en las elecciones, sino por haber perdido Melchior su condición de senador que pasó a Alarcó.

Se ponen feas las cosas cuando PP acusa al presidente de no negociar el gobierno insular y califica las declaraciones de Melchior de falsas, manipuladoras y revanchistas. Dicen que Alarcó colocó un comunicado en su "facebook", que es un mecanismo de esos diabólicos de internet y esas trapisondas. Y ya está armada, con dimes y diretes respectivos.

Opina un servidor -y es el sentir del pueblo de Tenerife- que se arrimen las acusaciones y que el trabajo en las corporaciones sea de todos los partidos. Para defecarla todavía más ya se constituyó el Gobierno autónomo con el señor Rivero como presidente de nuevo en contra de todo un pueblo y solo apoyado por los incondicionales que van a lo suyo. El futuro político para esta desdichada colonia, que así nos considera la godancia imperante, es, pues, una incógnita con semejante presidente.

Que conste, porque conozco a la persona, que no creo lo que los del PP dicen de Melchior, quien, hasta ahora, ha sido un buen presidente del Cabildo y una persona dialogante. Vamos a pensar que se trata de rivalidades políticas no suficientemente controladas.