El director regional en París de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO), Ignacio Araluce, reconoció hoy en Madrid que "Fukushima está controlado, pero no resuelto".

"Con un escenario de fusión del núcleo de reactor, fractura de la vasija de presión y el recinto de contención comprometido, la situación es dramática", dijo sobre lo que ocurre en los reactores más afectados de esta central japonesa en una rueda de prensa convocada por el Foro Nuclear español para presentar sus resultados 2010.

Araluce, durante 14 años director de la central nuclear de Almaraz, destacó que en la última semana se ha conseguido establecer en Fukushima un sistema de refrigeración en circuito cerrado, con lo que se reduce la generación de productos radiactivo que potencialmente podría ser liberado.

"Esta mas controlado que antes", acotó.

La central Fukushima Daiichi, miembro de la WANO, según él mismo recordó a Efe, "ha planteado un nuevo reto a la energía nuclear que todavía no estamos en disposición de responder".

La central, como ya han reconocido varias fuentes, además de Araluce, se construyó por debajo de los márgenes de seguridad y las bases de diseño recomendadas para su emplazamiento.

El accidente producto del terremoto y posterior tsunami, que alcanzó el nivel 7, el mas alto de la escala INES del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), superó todas las previsiones, aún cuando por reglamento, los operadores nucleares deben diseñar sobre márgenes de riesgo por encima de la expectativa normal, explicó.

Pocos días después del terremoto de Japón, ocurrido el 11 de marzo, WANO solicitó a todos sus asociados responder un cuestionario con los nuevos planteamientos de Fukushima, "un accidente de causa común en el que un solo evento provocó la pérdida de todos los sistemas de operación", enfatizó el experto.

"Por primera vez nos preguntamos cómo reaccionar ante un accidente de reactividad en el núcleo del reactor, manteniendo la refrigeración del núcleo y la integridad de la contención de los productos de emisión para que no sean arrojados al medio ambiente", apuntó Araluce, tras puntualizar que todas las gestiones de WANO son "confidenciales y entre pares".

Muchos operadores en todo el mundo han establecido ya medidas y mejoras, tanto de operación como de infraestructura, para atender este tipo de emergencias, declaró el director de WANO, aunque reconoció que sería "prematuro y frívolo" pensar que "ya lo sabemos todo de Fukushima".

La situación que aún afronta la central japonesa ha hecho pensar a los operadores en la oportunidad de separar los distintos sistemas de operación para que no se afecten a la vez por un solo fallo y disponer de fuentes de energía eléctrica de apoyo externo.

Fukushima ha establecido, recalcó, que sin servicio eléctrico el propio núcleo del reactor se degenera rápidamente.

De los "stress test" encargados para el entorno europeo, destacó que determinan las bases de diseño de cada central tomando en cuenta análisis históricos en sus emplazamientos de terremotos e inundaciones, la reacción ante la pérdida de energía eléctrica, la capacidad de refrigeración de núcleo sin contar con sumidero final de calor y cómo se mitigan las consecuencias de estos incidentes.

Ese es el escenario que se ha registrado en Fukushima, subrayó.

La WANO se fundó en 1989, tras el accidente de Chernobil, para compartir información entre operadores y mejorar la seguridad nuclear de las centrales en todo el mundo.