Un grupo de expertos primatólogos y responsables de zoológicos han alertado hoy sobre el grave peligro de extinción, en menos de 20 años, de algunas especies de grandes simios, especialmente de los gibones, de los gorilas del Río Cross o de los orangutanes.

Medio centenar de naturalistas, biólogos o veterinarios han participado entre ayer y hoy en Barcelona en el curso "La contribución de la comunidad zoológica internacional a la conservación de los grandes simios y de sus hábitats", organizado por el Consorcio Universitario Internacional Menéndez Pelayo de Barcelona (CUIMPB)

Bryan Carroll, director del Zoo de Bristol (Reino Unido) y del curso celebrado en Barcelona, ha señalado en una entrevista que "todos los grandes simios se encuentran en peligro, y algunas especies, en situación crítica, lo que puede suponer su extinción en un período de entre 10 y 20 años".

Entre los grupos más amenazados figuran una subespecie de gibones "de los que pueden quedar unos 20 ejemplares en la naturaleza y están realmente en el filo de la extinción, o los gorilas del río Cross, en la frontera entre Camerún y Nigeria, con sólo unos 120 individuos".

Los orangutanes también están en situación critica en Borneo y sobre todo en Sumatra, donde la desforestación está avanzando muy rápidamente, advierte Bryan Carroll.

Precisamente son el avance de la deforestación en los países tropicales para crear tierra agrícola, con la consiguiente reducción de los hábitats donde viven los grandes simios, y la caza y el comercio ilegal de estos animales las mayores amenazas para su supervivencia en la naturaleza.

Carroll señala que los habitantes de las zonas forestales de países en desarrollo son personas generalmente muy pobres que cortan los árboles para obtener recursos o cazan a los simios para alimentarse o para comerciar con ellos, especialmente cuando son de corta edad.

Pese a que matar, poseer o comerciar con grandes simios está prohibido en todos los países, Carroll, señala que hay gobiernos que no controlan suficientemente el tráfico ilegal de simios jóvenes o la deforestación en estos países, y que sería necesario que se destinaran más recursos para hacer cumplir las leyes.

Bryan Carroll indica que, en este contexto, el papel de los parques zoológicos es el de preservar ejemplares de simios en cautividad, con lo que, si alguna de estas especies se extinguiera en la naturaleza, podría intentarse su reintroducción en hábitats naturales.

Sin embargo, el director del Zoo de Bristol resalta que más importante que esto es su actividad "como embajadores para concienciar de los problemas de los simios o impulsar campañas y recaudar dinero para apoyar proyectos en la naturaleza".

En este sentido, destaca que la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) ha iniciado una campaña con la que espera recoger un millón de euros en favor de la conservación de los simios.

Frente a aquellos que opinan que los zoológicos deberían desaparecer y devolverse los animales a la naturaleza, Carroll ha considerado: "los espacios naturales son cada vez mas pequeños y nos encontramos con problemas de conservación" de estos animales.

Añade que en los zoológicos "guardamos a los animales en muy buenas condiciones, y los animales allí son ''felices'', si se puede decir así, por lo que pensamos que los zoos tienen un gran papel en la conservación de los animales".