El Orgullo Gay desfiló ayer por la pasarela del centro de Madrid, que hizo de nuevo suya la manifestación más animada y colorista para defender en esta ocasión los matrimonios homosexuales, pedir que "no se den pasos atrás" en sus derechos y además mostrar su solidaridad con los enfermos de sida.

Miles de personas acudieron a la cita en la Puerta de Alcalá, de donde partió la cabecera de la manifestación bajo el lema "Salud e Igualdad por derecho".

La manifestación -cuyos datos de participación no fueron facilitados al cierre de esta edición- arrancó con una pancarta que portaban, entre otros, la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído; el responsable del Plan Nacional sobre el SIDA, Tomás Hernández; el coordinador de IU, Cayo Lara, y los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y el de UGT, Cándido Méndez.

Una traca dio el pistoletazo de salida a la cabecera que coreó con ganas el "A quien le importa", de Alaska, la diva de este colectivo que sacó 35 carrozas, en la que estuvieron presentes desde su comienzo las familias homoparentales con sus hijos, llegadas de todos los puntos de España.

Globos de color rosa, charangas, comparsas, drag-queens subidas en plataformas de vértigo y ataviadas con variopintos trajes de policía, de mariquita, marineros, angelitos o demonios fueron algunos de los atuendos que se vieron en esta dcabalgata, que desafió con el intenso calor del verano de Madrid, al ritmo de la música de Queen, Abba o Rafaela Carrá.

Un calor que ya se anticipaba, dada las temperaturas de los últimos días en la capital, y que hizo a algunos llevarse el carrito de la compra, repleto de bebidas, o un simple cubo con hielos dentro para poder saciar la sed y la espera entre la partida de la cabecera y la de las carrozas.

Porque si la cabecera pasaba a las seis y media por Cibeles, una hora después lo hacía la primera carroza, y entre unos y otros una multitud de personas con los susodichos carritos, bolsas de plástico con bebidas o acercándose a la improvisada barra que habían plantado con una simple mesa portátil algunos que seguro que hicieron su "agosto", aunque estemos en julio.

Pero el ambiente festivo no tapó lo que querían decir los miles de gays, recibidos en la Gran Vía por numerosas personas que se dejaban ver en los balcones de pisos y hoteles con la bandera del arco iris.