Un 24 por ciento de los conductores canarios padece, al menos, una deficiencia visual sin tratar, según dijo hoy el directivo del Colegio de Ópticos-Optometristas de Canarias Borja Castrillón.

El especialista avisó que con la llegada del verano y de las vacaciones se multiplican los desplazamientos en coche con lo que, en consecuencia, aumenta el número de accidentes, en muchos casos debidos a problemas visuales sin corregir.

Aconseja que al igual que se comprueba el estado del vehículo antes de viajar, se debería hacer lo mismo con la visión, sobre todo si utilizamos corrección visual o se supera los 45 años de edad.

Castrillón afirma que si todos los conductores se sometieran a una revisión anual se reducirían los accidentes, pero alertó que el 46 por ciento de los automovilistas no lo hace.

Recomendó estar atento a las diversas condiciones que están presentes en la conducción, tales como la agudeza visual de lejos, el deslumbramiento o que una fuente de luz brillante causa malestar en la visión.

También alertó de la sensibilidad al contraste -para distinguir entre un objeto y el fondo sobre el que está situado-, la estereopsis -apreciación de las distancias entre los objetos-, la percepción del campo visual -visión periférica que permite ver objetos a los lados-, y la percepción de los colores.

Borja Castrillón señaló que a estas condiciones normales hay que añadir todas aquellas alteraciones o enfermedades que disminuyen la visión, por lo que las personas que padecen glaucoma, miopía y cataratas, o se han sometido a operaciones oculares recientemente, deben extremar la precaución al conducir, sobre todo de noche.

Para conducir en verano, con una alta luminosidad, el Colegio de Ópticos-Optometristas de Canarias recomienda el uso de gafas de sol con lentes polarizadas, aunque avisa de que el 70 por ciento de las gafas de sol que se venden en España no cumplen con las normas de seguridad sanitarias.

En el caso de las gafas graduadas lo más importante es que la graduación esté actualizada y es conveniente que las gafas cuenten con un tratamiento anti-reflejante, ya que disminuye los reflejos y los deslumbramientos e incrementa el contraste.

A su juicio la conducción requiere un esfuerzo constante con una altísima de demanda visual, por lo que recomendó que ante la fatiga ocular se pare el coche para relajar los ojos, bien cerrando los ojos o mirando a lo lejos sin fijar la vista en ningún detalle.

Castrillón agregó que los accidentes de tráfico aumentan durante la noche, cuando la agudeza visual se reduce hasta en un 70 por ciento, ya que no se perciben igual los colores y se puede perder la sensación de relieve.

Además, si se utilizan lentes de contacto, los ojos se resecan más, por lo que conviene sustituirlas por unas gafas correctoras con un cristal lo más transparente posible.