Una investigación del Real Instituto Elcano sobre la migración temporal entre Marruecos y España concluye que el retorno de los extranjeros que se han quedado en el paro a sus países de origen sería mayor si las normas españolas y europeas no fueran tan estrictas, ya que imponen que quienes se marchen, no podrán regresar en al menos tres años.

El estudio, firmado por la investigadora principal de Demografía, Población y Migraciones Internacionales de la institución, Carmen González, sostiene que "en este momento muchos de los inmigrantes desempleados, el 50% de los marroquíes, volverían a su país si las normas les permitieran retornar legalmente a España cuando aparecieran nuevas oportunidades laborales".

"El plan de retorno actual, incorporado al nuevo Reglamento de la Ley de Extranjería, exige un período mínimo de estancia fuera demasiado largo, tres años, lo que obliga al migrante a hacer una apuesta incierta a largo plazo", señala la autora.

Además, indica que "muchos" inmigrantes "optarían por volver a su país, donde la vida es más barata, si no fuera porque arriesgan perder su permiso de estancia en España si a lo largo de un año pasan más de seis meses fuera del país" y recuerda que incluso quienes tienen un permiso de larga duración se enfrentan a este problema, porque "las normas europeas les impiden pasar más de 12 meses seguidos fuera del espacio de la Unión Europea".

"Hay indicios de que puede estar produciéndose una salida de esa migración desempleada hacia otros países europeos del espacio Schengen, en los que la ausencia de controles fronterizos permitiría a los migrantes pasar tiempo fuera sin que se detectase en España", afirma el estudio.

El estudio critica que entre Marruecos y España no se producen flujos de ida y vuelta porque "las normas españolas lo dificultan", ya que, en general, "no favorecen que los inmigrantes puedan circular entre origen y destino de forma flexible de acuerdo con las oportunidades laborales o las necesidades vitales".

En esta línea, la autora destaca que sólo existe un tipo de inmigración circular entre Marruecos y España, la estacional agraria regulada a nivel estatal, por el progresivo endurecimiento de las condiciones para entrar y permanecer legalmente en el país.

Según González, esta es una de las razones por las que "el nivel educativo de los migrantes marroquíes en España es el más bajo" de entre los afincados en Europa, ya que quienes se desplazan al país son en su mayoría trabajadores del campo, mientras licenciados, técnicos y emprendedores prefieren destinos como Francia.