La presidenta argentina, Cristina Fernández, mantiene silencio sobre quién le acompañará en la fórmula con la que optará a la reelección en los comicios de octubre próximo, un misterio que está siendo motivo de múltiples conjeturas.

La visita que hoy realizó el gobernador de la provincia norteña de Chaco, Jorge Capitanich, a la sede del Gobierno alimentó los rumores sobre la posibilidad de que se erija como candidato a vicepresidente en la fórmula que encabeza Fernández, quien este martes confirmó durante un acto que competirá por la reelección en las elecciones del 23 de octubre.

Capitanich, al mando de una de las provincias más empobrecidas de Argentina, figura en la lista de dirigentes "leales" al Gobierno que suenan como posibles postulantes en la fórmula del Frente para la Victoria, fracción del Partido Justicialista (PJ, peronista), liderado por Fernández desde el fallecimiento de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner (2003-2007).

La mandataria, sin embargo, evitó este miércoles referirse a los comicios en el discurso que pronunció durante una entrega de distinciones a científicos locales, lo que extiende el misterio sobre la elección de su compañero y enciende las expectativas en los círculos políticos.

El suspense, de todas formas, no se podrá extender más allá del sábado, cuando vence el plazo para registrar las fórmulas presidenciales que competirán en octubre.

"Hay muchas expectativas pero estoy muy tranquilo, muy calmo. De todas formas, la decisión será tomada por la Presidenta", sostuvo hoy Capitanich antes de la reunión con el ministro del Interior argentino, Florencio Randazzo, en la sede del Gobierno, que seguía esta noche, según confirmaron fuentes oficiales.

La prensa local especuló incluso con que el gobernador aprovecharía su estancia en Buenos Aires para reunirse con Fernández, favorita con comodidad en las encuestas frente a una oposición dividida en varios frentes.

En medio del cerrado silencio del oficialismo, en los ámbitos políticos se menciona a Capitanich y otros cinco dirigentes como posibles compañeros de fórmula de Fernández, quien anunció este martes su candidatura por sorpresa en medio de un acto público.

Los otros dirigentes que podrían integrar la fórmula presidencial con Fernández son el gobernador peronista de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y su colega de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, aliado al oficialismo tras romper en 2007 con la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria.

También se menciona al ministro argentino de Economía, Amado Boudou; a los secretarios Legal y Técnico, Carlos Zannini, y de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, y hasta a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, cuñada de la mandataria.

"Vamos a someternos a la voluntad popular una vez más, como siempre lo he hecho", anunció ayer la presidenta, quien busca el respaldo al modelo político puesto en marcha hace ocho años por Néstor Kirchner, fallecido el pasado 27 de octubre de un paro cardíaco.

Fernández, de riguroso luto, aseguró estar "aburrida" de las especulaciones sobre su persona en la prensa local desde el fallecimiento de su esposo y ratificó su compromiso "irrenunciable e irrevocable, no sólo por la memoria y el legado de Kirchner sino fundamentalmente por los jóvenes".

La imagen de la mandataria, de 58 años y con una extensa carrera política y militante dentro de la filas del peronismo, mejoró tras la muerte de Kirchner, a quien sus allegados señalaban como posible candidato a presidente en los comicios de octubre, en las que además se renovará la mitad del Parlamento argentino.

El oficialismo peronista se enfrentará en las elecciones a siete alianzas que muestran la ruptura de aquellas con las que la oposición ganó las legislativas de 2009, una señal de la "profunda crisis" de las fuerzas políticas argentinas, coinciden los analistas.