Benedicto XVI recordó ayer que hoy se celebra la Jornada Mundial del Refugiado y pidió a "las autoridades civiles y a todas las personas de buena voluntad" que garanticen "la acogida y las dignas condiciones de vida a los refugiados", durante el rezo del "ángelus" recitado ante más de 20.000 fieles congregados en el estadio de Serravalle de la República de San Marino.

En su primera visita oficial a uno de los países más pequeños del mundo, el Pontífice destacó que espera que los refugiados "puedan volver a su patria libremente y de forma segura" y recordó que este año se celebra el 60 aniversario de la adopción de la Convención internacional del Estatuto del Refugiado, "que tutela cuantos son perseguidos y obligados a huir de sus propios países".

Además, Benedicto XVI resaltó que ayer fue beatificada en la ciudad francesa de Dax sor Marguerite Rutan, religiosa de la orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, quien fue guillotinada en 1794 a causa "de las trágicas persecuciones" que sufrieron los religiosos durante la Revolución Francesa.