Hace una semana que Pedro Cordero comunicó a David Amaral que no continuará la próxima campaña, pero habrá que seguir esperando a que el despido sea oficial. Después de varios días aguardando una llamada del club, el técnico fue citado a mediodía de ayer en la sede del Callejón del Combate por el abogado de la entidad, Ángel Fernández Carrillo, que está apoyando a Pedro Cordero encargándose de los trámites económicos de las desvinculaciones. Amaral esperaba que en el encuentro le dieran la carta que oficializara la decisión. No fue así. Con lo cual, la reunión se debe calificar como una primera toma de contacto entre ambas partes. Duró 45 minutos. Desde el club se decidió no hacer declaración alguna en torno al asunto. David también se mostró reacio a hablar ante los numerosos medios que lo esperaban. Pero, al final, lo hizo. Fue muy escueto. "No me han hecho entrega de la carta de destitución y se volverán a reunir para hacerla y dármela", contó para luego añadir que cualquier otra pregunta debía ser respondida por el club y reconocer que había acudido al encuentro con la idea de acabar con el asunto. "Habrá que hablar con ellos", indicó. David parecía contrariado, incluso cuando se le preguntó si había quedado satisfecho con lo que le habían comunicado: "Siempre he estado contento. Tengo la conciencia muy tranquila", afirmó.

El asunto que atasca la salida de Amaral del Tenerife es de índole económica. Además de las cantidades que se le adeudan de este curso -no ha cobrado dos de las tres nóminas que le correspondían cuando fichó-, el de Arico tiene contrato en vigor para la próxima temporada. Y el despido obliga al club a pagarlo íntegramente a menos que alcance un acuerdo con él, pues el club no tiene capacidad para hacer frente a esa deuda. Por lo tanto, todo indica que la resolución de su caso tardará cuanto menos unos días en producirse.