Los partidos conservadores lusos firmaron hoy un acuerdo de gobierno que da prioridad a los compromisos financieros de Portugal y se compromete a no endeudarlo más.

Pedro Passos Coelho, ganador de las elecciones del pasado día 5 al frente del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), y Paulo Portas, líder del Centro Democrático Social (CDS-PP, democristiano), suscribieron un Acuerdo Político de Mayoría para el Cambio.

Con las acciones previstas en ese documento de seis páginas, los dos partidos quieren sacar al país de la crisis y recuperar la confianza de los mercados, que mantienen el acoso a la deuda lusa.

"Viviremos con grandes dificultades en los próximos anos", reconoció Passos Coelho, primer ministro designado, tras firmar el acuerdo, que anuncia muchas reformas, desde el mercado laboral a la Justicia y la misma Constitución.

Con todo, el primer objetivo que se marcan los dos partidos es "resolver la grave situación financiera, asumiendo los costos y los condicionantes".

Su pacto les obliga a darse apoyo legislativo y aplicar un programa para relanzar la economía, el empleo y garantizar un Estado social "sostenible".

El acuerdo de los conservadores acaba con seis años de Ejecutivo del Partido Socialista que, tras perder 23 diputados, tendrá sólo 74 en la Asamblea Legislativa.

El PSD contará con 108, de un total de 230, y el CDS-PP con 24, que garantizarán una mayoría absoluta para aplicar el programa de reformas y de reducción fiscal exigido por las instituciones internacionales.

Ante un marco de "profunda debilidad económico-financiera", los conservadores lusos subrayaron su determinación a aplicar las severas medidas de saneamiento financiero y reformas estructurales acordadas con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril para obtener un rescate de 78.000 millones de euros.

"Tenemos previsto regresar a los mercados en dos años, aunque haremos todo lo posible para que sea más rápido", anunció Passos Coelho, que defendió la transparencia y la apertura total del país a una economía global.

Además del Plan de Estabilización Financiera con el que esperan calmar los mercados, el nuevo Gobierno portugués aplicará otro de Emergencia Social para afrontar la "degradación de las condiciones de vida" como consecuencia de la crisis y el desempleo.

Tanto Passos Coelho como Portas destacaron hoy el esfuerzo realizado para "aproximar" posiciones y llegar a un acuerdo que pone fin a los dos años en que el país ha sido gobernado en minoría parlamentaria por los socialistas, quienes perdieron en las elecciones de 2009 la mayoría absoluta conquistada cuatro años antes.

En su documento programático, los dos partidos conservadores emulan el que suscribieron hace nueve años con José Manuel Durao Barroso, ahora presidente de la Comisión Europea, al frente del Ejecutivo luso.

El texto enumera diez objetivos generales de gestión gubernamental que incluyen el aumento de la productividad y la competitividad y las "transformaciones estructurales necesarias para un crecimiento sostenible".

En materia económica también se comprometen a reducir el endeudamiento y aumentar el ahorro, así como a eliminar "trabas a la recuperación" con reformas del mercado laboral, los alquileres, la Seguridad Social y las regulaciones sobre competencia.

Además, avalan la defensa de las libertades a través de una mayor seguridad de los ciudadanos, basada en fuerzas policiales más eficaces.

Passos Coelho opinó que este acuerdo traerá "transformaciones relevantes en materia económica y social para que Portugal salga de una vez y de forma sostenible del ciclo de peticiones de ayuda externa".

Pero también promoverá la movilidad social y la ayuda "a los que más lo necesitan", agregó.

El líder conservador, que sucede al frente del Ejecutivo al socialista José Sócrates, debe aún nombrar a los miembros del gabinete y presentarlo, probablemente la próxima semana, cuando se constituya el nuevo Parlamento.