No hubo sorpresas ayer durante el acto de constitución del Ayuntamiento de Santa Cruz y el candidato de CC, José Manuel Bermúdez, fue investido nuevo alcalde de la ciudad tras lograr los catorce votos necesarios para obtener la mayoría absoluta (los nueve de su partido más los cinco prometidos por el PSC tras la consecución del pacto de gobierno hecho público el pasado viernes). Así, Cristina Tavío, candidata del PP y cabeza de la lista más votada en las pasadas elecciones por algo más de 800 votos, pero con el mismo número de concejales que CC, se quedó, tal y como era previsible, con la miel en los labios de ser la primera alcaldesa de la capital y pasará a liderar la oposición en el consistorio, un papel que, en principio, no tenía previsto.

Un salón de plenos abarrotado de familiares y amigos de los concejales electos, medios de comunicación y público en general fue el escenario de la ceremonia de constitución de la nueva corporación que comenzó con ocho minutos de retraso y con la ausencia destacada del anterior regidor municipal, Miguel Zerolo. Quienes no se lo quisieron perder, y tuvieron una posición destacada en las primeras filas, fueron varios cargos públicos entre los que se encontraban el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, mentor de Bermúdez durante su etapa como consejero insular, o el subdelegado del Gobierno en Canarias, José Antonio Batista. De la corporación saliente estaban presentes Maribel Oñate y Ángel Llanos por el PP y José Alberto Díaz-Estébanez por CC.

Tras la constitución de la mesa de edad formada por los concejales de mayor y menor edad (por entero socialista con José Manuel Arocha, de 64 años, y Clara Segura de 29) y el juramento del cargo de todos los concejales (con tropezón incluido de Julio Pérez y el casi olvido de Asunción Frías, de Sí se Puede, de recoger su medalla corporativa), tocó el turno a la votación y posterior elección del alcalde. El número dos del PP, Pablo Matos, se dedicó a apuntar los votos obtenidos por cada uno de los cabezas de lista para certificar que, tal y como estaba previsto, cada grupo votó a su candidato, a excepción del PSC, por lo que José Manuel Bermúdez corroboró su acceso al cargo de primer edil que tan duramente negoció semanas antes con Julio Pérez.

En su discurso, el ya nuevo alcalde subrayó que trabajará por la ciudad a través del fomento del entendimiento entre grupos, pero con firmeza. "Quiero presidir un ayuntamiento fuerte, pero dialogante", subrayó, al tiempo que felicitó a todos los grupos y los conminó a "dejar atrás la campaña" y "estar por encima de las diferencias ideológicas" por el bien de la ciudad. Bermúdez calificó al mandato que ahora comienza como "el del trabajo" y resaltó algunos de los objetivos esenciales que deberá protagonizar el nuevo gobierno municipal, como el de la potenciación turística de la ciudad para generar empleo y crear riqueza o el desarrollo del acceso al mar a lo largo de todo el litoral.

El regidor municipal pidió al personal funcionario "redoblar esfuerzos" para mejorar la administración y a los concejales electos que salieran a la calle para conocer de cerca los problemas de los vecinos. Por último, Bermúdez agradeció el trabajo realizado por todos los integrantes de las corporaciones anteriores y, personalmente, a Ricardo Melchior y a Paulino Rivero por haberle brindado la posibilidad de liderar "el reto más ilusionante" de su vida. También recordó a Adán Martín, "al que tanto echo de menos hoy", dijo, antes de finalizar su discurso: "Comencemos a trabajar y muchas gracias".

Momentos antes, el líder del PSC, Julio Pérez, con una corbata, nada casual, de un intenso color rojo, había enfatizado la necesidad de tener "esperanza como objetivo" a través de la "transparencia como instrumento" en el nuevo mandato que comienza. Además, hizo un guiño al movimiento del 15-M (que atronaba por fuera del ayuntamiento y que también habían hecho Pedro Fernández Arcila, de Sí se Puede, y José Manuel Corrales, de Por Tenerife) al asegurar que él también se sentía indignado, "pero la indignación sola no basta", dijo. Por ello, enfatizó que ahora se podrán realizar "propuestas de solución desde la óptica socialista" y fijo sus objetivos en dinamizar la ciudad al servicio de la igualdad y promover la austeridad a través de un calendario ya fijado para la reducción del personal de confianza.

Por su parte, Cristina Tavío, que contrarrestó el rojo de la corbata de Pérez con el azul de su abanico, centró su discurso en recordar, en varias ocasiones, que el PP fue el partido que obtuvo la mayoría en las urnas y en plantear que la ciudadanía no entendía un pacto "diseñado en otra Isla e impuesto desde Madrid". Recordó que sigue pensando que es algo fundamental la realización de una auditoría en el ayuntamiento para conocer su realidad económica, así como poner en marcha un severo plan de austeridad y generar un sincero diálogo con los grupos minoritarios, representados por Guillermo Guigou (Ciudadanos de Santa Cruz), y los citados José Manuel Corrales y Pedro Fernández Arcila.