Los campeones nacionales de barismo de 54 países compiten desde este jueves hasta el próximo domingo en Bogotá para ver quién de ellos se erige con el título que lo reconocerá como la persona que mejor prepara y sirve café en todo el mundo.

El Campeonato Mundial de Baristas (WBC, por sus siglas en inglés) es de origen estadounidense y europeo y, tras once ediciones en Asia, Europa y Norteamérica, se celebra por primera vez en un país productor de café.

Los 2.600 metros de altura sobre el nivel del mar en los que se encuentra Bogotá suponen todo un reto para los competidores, ya que bajo esas condiciones el café se comporta de manera diferente.

"Lo de la altura ha sido el problema o la comedura de cabeza de todo el mundo, sobre todo a nivel visual. La crema del espresso cambia muchísimo por la altura", indicó Javier García, campeón nacional de barismo de España y aspirante al título mundial.

Algunos concursantes incluso se desplazaron anticipadamente hasta la capital de Colombia para estudiar cómo se comportaba su café bajo estas condiciones, como la delegación de Japón, en marzo, o la holandesa, una semana antes, informó una portavoz de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, impulsora del evento.

La preocupación por controlar hasta el último detalle se debe al exigente escrutinio al que los jueces del WBC someten a cada uno de los competidores.

El certamen se organiza en dos barras que simulan una tienda de café. Los concursantes tienen quince minutos para limpiar y preparar su espacio.

Mientras, en el espacio de al lado, su rival exhibe su conocimiento ante dos jueces técnicos que evalúan la higiene, el tiempo y consistencia de su preparación; cuatro jueces sensoriales que catan la bebida; y un séptimo juez jefe que coordina al equipo evaluador.

En quince minutos tienen que preparar cuatro espressos, cuatro capuccinos y cuatro bebidas de autor. Además, los cuatro chorros de café tienen que salir siempre al mismo tiempo de la máquina si no quieren ser penalizados.

Los baristas también tienen que explicar a los jueces a qué sabe su café, por qué lo han elegido y hasta crear un ambiente agradable que haga apetecible el consumo con canciones de su elección.

"Queremos saber si eres bueno probando café y educando a la gente sobre cómo es el café", señaló el juez irlandés Stephen Morrisey, quien conoce las dos caras de la moneda, pues en 2008 ganó el WBC.

Todo ello por un premio que no implica ninguna dotación económica, tan solo prestigio.

"Después de ganar el WBC normalmente pasas el siguiente año como embajador de cafés especiales, vas ayudando con competiciones y eventos en países de todo el mundo", anotó el estadounidense Michael Phillips, el mejor barista del 2010.

"Sería la oportunidad de lanzarme y de que la gente conociera a una persona que efectivamente tiene pasión por el café", expresó el español García sobre los motivos que le impulsaron a viajar más de 8.000 kilómetros para presentarse al campeonato.

El WBC de este año se enmarca dentro de la feria Expoespeciales Café de Colombia, que en una superficie de 2.500 metros cuadrados reúne 90 expositores relacionados con toda la cadena productiva del bebestible, desde las herramientas necesarias para cultivar el grano, hasta las más novedosas cafeteras.

Para el gerente de comunicaciones de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Luis Fernando Samper, la competición supone una oportunidad de reforzar el mensaje sobre la importancia del origen del café hacia los clientes y consumidores internacionales, una estrategia de su organización para otorgar valor añadido al producto.

"Los baristas conocían muy bien el mundo de la preparación del café, pero desconocían el mundo del origen, la ciencia que hay alrededor del origen. La pudimos compartir y fue muy interesante", afirmó Samper a Efe.

"Muchos de ellos son líderes y marcan tendencias en la industria", agregó.

Colombia es el tercer exportador mundial de café y el primer productor de granos tipo suave. La producción cafetera del país andino alcanzó los 8,9 millones de sacos de 60 kilos en 2010 frente a los 7,8 millones de 2009.