Trabajadores del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria reconocen que tienen miedo y solicitan que no existan descuidos ni negligencias en la custodia del joven búlgaro que decapitó a una mujer británica en Los Cristianos el pasado 13 de mayo.

A raíz de la información publicada en EL DÍA sobre el intento de fuga, sin éxito, de Deyan Valentinov el pasado lunes, ayer trascendieron nuevos datos sobre el suceso.

Supuestamente, días antes una psiquiatra permitió que al acusado de asesinato se le soltara una mano.

Al parecer, el individuo aprovechó esa circunstancia para quitarse el resto de anclajes, que le sujetaban la otra mano, el tórax y los pies.

Los policías que lo custodian en el interior del módulo (habitación con medidas de seguridad) disponen de un ventanillo para observar cómo está dicho preso extremadamente peligroso (atado o suelto, por ejemplo) antes de que se abran las dos puertas para que entre el personal sanitario. Los trabajadores del complejo hospitalario son observados por los policías a través de una cámara de vídeo antes de entrar en el citado módulo. Y entre las dos puertas que median entre el pasillo y esa especie de celda, hay un espacio donde los enfermeros y auxiliares deben despojarse de objetos que pudieran convertirse en armas peligrosas.

Supuestamente, el pasado lunes, Deyan estaba suelto y, al ver que la puerta se abrió, trató de huir. En ese intento de fuga, llegó a empujar a una auxiliar de enfermería y a un celador. Respecto a la mujer, supuestamente la tiró al suelo y le causó una pequeña lesión en un hombro.

La trabajadora empezó a gritar y el joven búlgaro pudo ser reducido por dos trabajadores que acudieron en ayuda de su compañera, así como por uno de los policías, puesto que el otro funcionario del Cuerpo Nacional de Policía se incorporó segundos después a ayudar a su compañero y los trabajadores del centro.

Al parecer, en ese esfuerzo para reducirlo, el acusado del cruel asesinato de Jennifer Mills Westley sufrió un golpe en la frente y para cerrar la brecha tuvieron que darle varios puntos de sutura. Por esas circunstancias, trabajadores del recinto hospitalario solicitan mayores medidas preventivas para evitar problemas graves.

En cualquier caso, el joven búlgaro se encuentra de nuevo completamente atado a la cama, según dos de las fuentes consultadas.