La sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado al fontanero acusado de matar a su socio en l''Alcora (Castellón) a 15 años de prisión después de que un jurado popular le considerara autor responsable de un delito de asesinato. Así mismo, el procesado deberá indemnizar a los padres de la víctima con 109.753 euros en concepto de responsabilidad civil.

La sentencia, hecha pública este viernes por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), considera hechos probados que el 22 de abril de 2009 ambos estuvieron realizando tareas relacionadas con su trabajo a lo largo de la mañana, tomando cervezas y carajillos durante el almuerzo.

Asimismo, señala que el procesado consumió cocaína en varias ocasiones y que, una vez en el taller que ambos regentaban, recibieron la visita de un amigo común quien permaneció con ellos unos pocos minutos, consumiendo éste y el acusado unas "rayas" de una sustancia, al parecer, cocaína.

Posteriormente, según el documento, la víctima subió a una oficina del taller donde acudió más tarde el acusado, que de manera sorpresiva comenzó a propinarle repetidos golpes en la cabeza y en el rostro a su socio con una mordaza --también llamada sargentas o gato en el argot profesional-- de entre unos 30 y 40 centímetros de longitud.

Como consecuencia de los golpes, la víctima sufrió múltiples lesiones en la cabeza, el antebrazo y la mano izquierda. Las lesiones localizadas en la región craneal originaron un traumatismo craneofacial que supuso una destrucción de centros vitales encefálicos que provocaron necesariamente su muerte, según la sentencia.

Asimismo, el texto señala que en la época en que sucedieron los hechos el acusado era consumidor de sustancias estupefacientes, como cannabis y cocaína, lo cual, no obstante, no afectó en ningún caso a sus facultades intelectiva y volitiva.

El fiscal solicitaba 17 años de prisión para el acusado por un delito de asesinato, así como un indemnización de 96.869 euros a los padres de la víctima, mientras que la acusación particular elevaba la petición de pena a 20 años de cárcel y una indemnización de 200.000 euros.

La defensa, por su parte, calificó los hechos de homicidio y demandaba para su patrocinado cinco años de prisión, al tiempo que solicitaba cuatro atenuantes por trastorno mental, haber obrado por causas que producen arrebato u obcecación, confesión y reparación del daño.

Durante la celebración del juicio, el acusado declaró que no tenía intención de matar a su socio y que sólo se defendió: "Sentí miedo y sólo quería quitármelo de encima, por eso cogí lo primero que pillé --una herramienta-- y le golpeé". "No me siento orgulloso de lo que pasó y estoy arrepentido", agregó.