Tropas del Gobierno desarmaron y detuvieron a grupos de soldados amotinados en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad de Bukina Faso, donde desde hace tres días los militares sublevados habían llevado a cabo violentas protestas y saqueado numerosos comercios.

En un comunicado difundido por los medios oficiales, el Gobierno indicó que había utilizado la fuerza para desarmar a los amotinados de Camp Ouezzin, el mayor acuartelamiento del país, aunque no señalaron si se habían producido muertos o heridos en la operación.

Vecinos de Bobo-Dioulasso, contactados previamente por Efe, dijeron por teléfono que, desde ayer, no habían dejado de oirse disparos alrededor del cuartel de Camp Ouezzin y la Gobernación.

Un funcionario de la Gobernación de Bobo-Dioulasso, Sibiri Bamouni, dijo hoy desde su domicilio que no había acudido al trabajo, como gran parte de la población civil de la ciudad, debido a los disparos de armas de fuego que se escuchaban sin cesar en la zona.

Bamouni agregó que nuevas tropas habían llegado a la ciudad para tratar de controlar a los amotinados del cuartel de Ouezzin Coulibaly, que en las tres últimas noches han protagonizado violentas protestas en la ciudad, donde han disparado al aire y saqueado comercios.

Otro residente en la ciudad, que pidió no ser identificado, explicó que había visto llegar nuevas tropas en el menos cinco camionetas por la entrada sur de Bobo-Dioulasso y agregó: "Hay una verdadera batalla y muchos disparos alrededor del cuartel".

Los soldados amotinados en Bobo-Dioulasso, indicó, ignoraron el toque de queda nocturno decretado ayer por el Gobierno en la ciudad siguieron la pasada noche recorriendo la ciudad mientras disparaban y saqueaban tiendas a su paso.

Este mismo testigo señaló que había visto cómo las nuevas tropas detenían a algunos amotinados y los trasladaban en dirección al cuartel de Camp Ouezzin.

La de hoy es la primera vez que el Gobierno voltense utiliza la fuerza para someter a un grupo de soldados amotinados tras tres meses en los que estos levantamientos se han sucedido.

La noche del miércoles al jueves, los militares amotinados de Camp Ouezzin incendiaron el Ayuntamiento de Bobo-Dioulasso, quemaron algunos vehículos y neumáticos en las calles, realizaron disparos y saquearon comercios, según la radio oficial voltense.

A los soldados del cuartel del Ejército se unieron esa noche los de la vecina base de la Fuerza Aérea de la ciudad.

Ayer, jueves, entraron en las oficinas locales de la radiotelevisión nacional, dispararon a las paredes y obligaron a los empleados a abandonar los locales.

En los últimos tres meses, se han producido en diversos lugares del país numerosos motines militares, debido a sus bajos salarios y altos precios en el país, y el presidente voltense, Blaise Compaoré, tuvo que abandonar el Palacio Presidencial a mediados de abril tras un levantamiento de la Guardia Presidencial.

Este levantamiento llevó a Compaoré a sustituir al primer ministro y a los máximos mandos de las Fuerzas Armadas y la Policía.

Desde enero pasado, además de los motines militares, los estudiantes han llevado a cabo violentas manifestaciones, en las que han destruido edificios e instalaciones oficiales, por la muerte de un compañero, mientras que los comerciantes también han protestado por la destrucción de sus locales.