La zona euro está a un paso de aprobar nuevos desembolsos del plan de rescate para Grecia, pero con la participación de los bancos privados acreedores, aunque sobre una base voluntaria, según dijo hoy su presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

Juncker, quien no dio más detalles, se mostró convencido de que los ministros de Finanzas de la zona euro aprobarán un nuevo paquete de ayudas a Grecia, según aseguró en unas declaraciones tras reunirse con el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, durante más de dos horas.

El visto bueno del Eurogrupo podría llegar en su próxima reunión del día 20 de junio, tras el acuerdo anunciado hoy entre Grecia, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional sobre los nuevos pasos a dar por Atenas para enderezar su maltrecha situación fiscal.

En base a las nuevas medidas fiscales y de privatización anunciadas por Atenas, "preveo que el Eurogrupo aceptará una financiación adicional para Grecia, bajo condiciones estrictas, por supuesto, y éstas incluirán la implicación del sector privado sobre una base voluntaria", afirmó Juncker en declaraciones a la prensa.

La implicación del sector privado "tendrá que ser negociado con los acreedores privados" que tienen bonos griegos, explicó Juncker, quien no precisó el importe de la ayuda adicional ni en qué términos participarían los bancos en ese probable nuevo rescate.

Esta condición ha sido especialmente promovida por Alemania, pero ha sido recibida con reticencias por el BCE.

Las declaraciones de Juncker se produjeron poco después de que el Gobierno griego informara que ha recibido el visto bueno de la CE, el BCE y el FMI a las nuevas medidas de austeridad y privatizaciones con las que pretenden reducir el déficit y desbloquear nuevas ayudas.

La llamada "troika" -la Comisión, el FMI y el BCE- prevé que el quinto tramo del préstamo de 110.000 millones de euros (12.000 millones) se entregue "muy probablemente a comienzos de julio", una vez logrado un acuerdo sobre las "modalidades de financiación", según indicaron en un comunicado conjunto.

El nuevo plan griego pretende reducir gastos del Estado y aumentar sus ingresos en unos 78.000 millones de euros hasta 2015.

El objetivo es que el actual déficit público, del 10,5 % del PIB, caiga hasta el 3 % dentro de tres años.

La respuesta positiva de la "troika" supone no solo el desbloqueo de los 12.000 millones, sino que puede abrir la puerta a otra financiación extra de 60.000 millones de euros.

Con ese dinero se pretende cubrir gastos adicionales para el periodo 2012 y 2013, ya que el país no podrá acudir a los mercados a refinanciarse debido a los intereses prohibitivos que debe pagar por sus emisiones de deuda.

Juncker calificó el acuerdo de "buena noticia para Grecia, para el área del euro y toda la Unión" Europea.

"He observado con satisfacción que Grecia está dispuesta a crear un fondo de privatizaciones y estoy totalmente convencido de que los planes de privatización en los que trabajó el Gobierno heleno serán implementados de manera rápida, transparente y creíble", agregó.

"Bajo estas condiciones y esta base, es obvio que no habrá ninguna salida de Grecia de la zona euro, ninguna suspensión de pagos y Grecia podrá honrar plenamente sus obligaciones", concluyó el presidente del Eurogrupo.

Por su parte, Papandréu, dijo que su país ha logrado en el primer año del programa de austeridad resultados "muy impresionantes", aunque admitió que "todavía queda mucho por hacer".

No obstante, los mercados siguen mostrándose escépticos y varias de las principales agencias de calificación han reducido en los últimos días la nota sobre Grecia, por lo que el país "seguirá trabajando duro y está comprometida a honrar plenamente sus obligaciones", aseguró Papandréu.

Explicó que uno de los principales problemas para la puesta en práctica del programa de ajustes es la falta de capacidad del servicio civil para acometer cambios y reformas tan profundas.

Por ello ha pedido a Juncker y a otros Estados miembros que firmen acuerdos bilaterales con Grecia, al igual que la Comisión Europea para ayudar a Atenas a fomentar su capacidad.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Olli Rehn, valoró los nuevos compromisos del Gobierno griego como "decisiones clave", pero insistió en que sigue siendo crucial "una aplicación eficaz" de las medidas prometidas, según indicó en un comunicado.