La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera detuvieron recientemente a tres personas acusadas de un delito contra la salud pública al introducir en Tenerife sustancias dopantes sin autorización alguna. Los funcionarios intervinieron más de 600 dosis de anabolizantes que estaban destinados a jóvenes que se iniciaban en la musculación.

Los dos primeros arrestos tuvieron lugar el miércoles de la semana pasada, 25 de mayo. Los agentes apresaron a un hombre de 34 años, identificado como L.S.M., y a una mujer de 44, E.H.E.H., ambos vecinos del municipio norteño de El Sauzal. Los investigadores procedieron a la captura de ambos acusados cuando se disponían a recoger paquetería postal procedente de diferentes países americanos. En total, los funcionarios se incautaron de 601 ampollas de anabolizantes.

Previamente, integrantes del Instituto Armado solicitaron al Juzgado que se hallaba en funciones de Guardia en el partido de La Laguna la pertinente autorización para una entrega controlada en la oficina de Correos de El Sauzal.

Con anterioridad, los paquetes fueron sometidos a una inspección por Rayos X, donde participó activamente el Servicio de Vigilancia Aduanera.

Además de los primeros apresados, los agentes también detuvieron el pasado martes a un joven de 27 años, identificado como J.J.H. y vecino de Santa Cruz de Tenerife. Dicho individuo se hallaba en México y fue arrestado en el momento en que regresó a la isla. En cuando a este último acusado, los responsables de las pesquisas lo consideran el máximo responsable de la importación de los anabolizantes. Según los primeros datos recabados por la Guardia Civil, las sustancias dopantes estaban destinadas a jóvenes que se iniciaban en la musculación, lo que puede suponer un grave peligro para la salud de los consumidores. Los anabolizantes eran importados de un país de América del Norte. Una parte de los anabolizantes son el famoso producto Winstrol Depot. Dicho anabolizante se vende, generalmente, en cajas con cinco ampollas cada una. El precio mínimo de venta de cada una de estas cajas es de 20 euros y el máximo, 60 euros, según fuentes policiales.