El asesino de Isabel Canino, Salvador Morales, ha sido condenado a 19 años de prisión así como a pagar una indemnización de 180.000 euros a la familia de la conductora de guaguas tinerfeña.

La condena ha sido impuesta por el magistrado de la Sección V de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife tras conocer el veredicto del jurado popular --que se leyó el 20 de mayo-- que de forma unánime reconoció la culpabilidad del ex compañero sentimental de la fallecida.

Morales deberá pasar 19 años en prisión y pagar a los padres de la conductora de guaguas de Titsa, 110.000 euros, mientras que a su hermana Eladia Canino, deberá ser compensada con 70.000 euros.

El jurado popular consideró probado que Isabel Canino, que fue hallada en una fosa séptica dos meses después de su desaparición en la fosa séptica de una vivienda propiedad del asesino en el municipio tinerfeño de La Laguna, fue asfixiada por Morales sin que ella pudiera defenderse con una brida.

Después de diez días de juicio, el jurado, formado por nueve personas de diferente sexo y edad, determinó que Salvador M. es el autor del asesinato de Isabel Canino, con quien mantuvo una relación "hasta el día de su muerte".

Las declaraciones de los testigos y los estudios forenses han llevado al jurado que participó en este juicio a decidir la culpabilidad de Salvador M. quien en el último día del juicio volvió a insistir entre lágrimas que él no la mató aunque escondió su cadáver durante 72 días.

El fiscal y el abogado del Estado le acusan de asesinato y le piden 20 años de prisión y 250.000 euros de indemnización para la familia mientras que la acusación particular solicita el mismo tiempo de cárcel y 500.000 euros para sus padres y 100.000 para su hermana.

La defensa de Salvador M. reconoce el agravante de parentesco para lo que pide la pena mínima de 17 años de cárcel y 90.000 euros de indemnización.

En los próximos meses se volverá a celebrar otro juicio en el que se juzgará a Salvador M. por los supuestos malos tratos físicos y psíquicos que le propició a Isabel Canino, por lo que le piden tres años de prisión el fiscal, el abogado del estado y la defensa.

El juicio

El 21 de marzo de 2009 Isabel Canino iba a pasar un fin de semana en el Sur de Tenerife con una amiga, pero no apareció a la cita. Esta ausencia, sin previo aviso, provocó la primera alarma. Tras dos días de búsqueda, sus familiares presentaron la pertinente denuncia por desaparición. Se trataba del comienzo de una agonía que se prolongó durante 70 días. Durante ese periodo, comprendido entre la desaparición de la conductora de Titsa y el hallazgo de sus restos, cientos de personas se echaron a la calle con un único lema: "No estamos todos. Falta Isa". La fotografía de Isabel Canino acompañó a miles de tinerfeños durante semanas en sus traslados en las guaguas de Titsa, pero el trágico hallazgo no se produjo hasta ese 28 de mayo de 2009.

La ex mujer de la pareja de Isabel Canino, Y.C., recibió una llamada de la víctima con "voz muy bajita y débil" el mismo día de su asesinato para comunicarle que su marido le era infiel con ella. Fue una de las declaraciones más destacadas del primer día del juicio.

La presión que, supuestamente, ejercía el acusado sobre la víctima era tal que "un día, estando yo con ella, se acercó a nosotros, habló con Isabel y ella tuvo que ir al médico del trabajo, que le dio una baja por ansiedad", relató Berto en el segundo día del juicio, el compañero sentimental de Isabel Canino en el momento de su muerte, quien destacó que "la única persona que hacía mal a Isabel era Salvador".

El 2 de marzo de 2009, Isabel Canino escribió una carta al acusado de su asesinato, Salvador Morales. En ella, la conductora de Titsa expone la complejidad de la relación que mantenían y mostraba el amor que sentía por él, aunque confirmaba su deseo de romper la relación. "Tengo que pasar por esto de una vez", dijo. Esta misiva puede significar la corroboración de lo que desde hace dos años, y durante las tres primeras sesiones del juicio por el asesinato de Isabel Canino, se ha expuesto por familiares, compañeros y amigos de la víctima, que ella quería poner fin a la relación.

En la cuarta sesión del juicio contra Salvador Morales por el asesinato de la conductora de Titsa, tres especialistas, dos del consistorio lagunero y uno de Teidagua, que participaron en la búsqueda del antiguo pozo negro de la vivienda del Camino de la Hornera, explicaron que tuvieron que investigar dos puntos diferentes del inmueble para encontrar la fosa, que no aparecía en ningún plano.

Los funcionarios públicos que tuvieron contacto en alguna ocasión con el acusado coincidieron durante la quinta sesión del juicio en que el comportamiento de Salvador Morales durante los diferentes registros e interrogatorios era imperturbable, "como si la cosa no fuera con él".

La Fiscalía elevó a definitivas sus conclusiones provisionales y solicitó al jurado un veredicto de culpabilidad para Salvador Morales por el asesinato de Isabel Canino, por el cual solicita 20 años de prisión. Tanto la acusación particular como la abogacía del Estado se adhirieron a la petición del Ministerio Fiscal.