> El tribunal de la Audiencia Nacional que dejó en libertad en abril pasado al miembro del ''comando Madrid'' Antonio Troitiño juzgará a partir de este martes a su sobrino Jon Joseba, que se enfrenta a un total de 268 años de cárcel por la colocación de dos bombas que explotaron en establecimientos hoteleros de Alicante y Benidorm en julio de 2003.

El juicio se celebrará ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, presidida por el juez Alfonso Guevara, que en abril pasado dejó en libertad al miembro del ''comando Madrid'' después de que cumpliera 24 años de los 2.746 por los que había sido condenados tras cometer 22 asesinatos entre 1983 y 1986.

El tribunal adoptó esta decisión al aplicar la doctrina del doble cómputo de la prisión provisional al tiempo efectivo de condena del etarra en lugar de al total de años impuestos, en contra de la doctrina Parot. Unos días después rectificó su decisión y ordenó su ingreso en la cárcel aunque el etarra aprovechó su puesta en libertad para fugarse. Actualmente se encuentra en paradero desconocido.

El fiscal acusa al sobrino del sanginario terrorista de dos delitos de estragos terroristas (17 años por cada uno), seis asesinatos en grado de tentativa contra miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado (19 años en cada caso) y ocho asesinatos en grado de tentativa (15 años cada uno).

Según explica en su escrito de conclusiones provisionales, Jon Joseba Troitiño y otro miembro de ETA, Asier Eceiza, utilizaron falsas identidades para reservar dos habitaciones, una en el hotel alicantino Bahía y otra en el hotel Nadal de Benidorm.

LLAMADAS DE AVISO

Después, Trotiño colocó en cada una de ellas un artefacto explosivo con la "intención de causar el mayor número posible de víctimas", según el fiscal. Una hora antes del momento previsto para las explosiones, realizaron llamadas de aviso a los diarios ''Gara'' y ''Levante''.

Las bombas explosionaron a las doce del mediodía del 22 de julio de 2003, en plena temporada alta de verano. Agentes de la Policía habían logrado a esa hora desalojar los hoteles pero aún se encontraban en las inmediaciones de los establecimientos al igual que multitud de viandantes.

Las deflagraciones provocaron heridas a seis policías y otras ocho personas y daños materiales a los hoteles y otros locales situados en las cercanías.