El aspecto que presenta el edificio Fumero, en el número 157 de la popular Rambla de Santa Cruz, llama la atención a simple vista. Su aspecto de abandono y casi de estado ruinoso invita a muchos transeúntes a preguntarse: "Pero, ¿quién puede vivir ahí?". La respuesta es muy clara: nadie.

Los problemas que sufre en su instalación eléctrica han motivado su desalojo paulatino desde hace algún tiempo, hasta el punto de que las carencias detectadas por una inspección de la Consejería de Industria no aconsejan que sus más de 30 pisos, que están vacíos, sean habitados.

Los vecinos del entorno muestras cierto temor por las condiciones en las que se encuentran ciertas zonas de su fachada, ya que los balcones que se extienden a lo largo de sus ocho plantas tienen desperfectos que anuncian el desprendimiento de cascotes en cualquier momento.

Contrasta su falta de pintado y la ausencia de cualquier señal de vitalidad con el colorido de los inmuebles de su entorno próximo, y a pesar de que hay una valla que cierra su perímetro, para los habitantes del lugar no parece ser una medida suficiente para frenar la tan temida entrada a su interior de "okupas" que empeoren aún más las condiciones del edificio.

Sin embargo, un representante legal de los propietarios del inmueble asegura que esta posibilidad no es fácil de que se lleve a cabo, pues "los accesos están bien asegurados y se cuenta con una vigilancia constante para evitar cualquier tipo de incidente".

Es más, explicó que la situación de este edificio es en la actualidad una responsabilidad del administrador judicial que se ha nombrado para que canalice todas las actuaciones que sean necesarias hasta que se pueda llevar a cabo la rehabilitación del mismo.

En este sentido, el representante legal de los propietarios comentó que un informe elaborado por un equipo de aparejadores "hace referencia a la necesidad de llevar a cabo una serie de obras para el acondicionamiento del inmueble", aunque descartó que "en el mismo se hayan detectado problemas estructurales que hagan imposible su recuperación".

No obstante, en la resolución de Industria, con fecha del pasado día 28 de marzo de 2011, y publicada en el Boletín Oficial de Canarias del 20 de mayo, en la que se resuelve la desestimación del recurso de alzada interpuesto por los propietarios, se hace referencia a una extensa lista de incumplimientos en cuanto a la normativa vigente se refiere en las condiciones de la instalación eléctrica. Por este motivo, el departamento regional adoptó la decisión de suspender el suministro al inmueble.

Según se desprende de lo manifestado por el representante de los propietarios, la voluntad de los mismos es poder poner de nuevo en condiciones de uso y alquiler estas viviendas, "centrando las primeras acciones en acondicionar toda la instalación eléctrica", una medida que, según dijo, "será más pronto que tarde". No obstante, añadió que todo dependerá del proceso judicial abierto para la reorganización de este edificio, de manera que se definan los presupuestos necesarios para que se pueda conseguir que este edificio ofrezca una imagen adecuada en una zona tan céntrica de la ciudad.

A pesar de que en la Concejalía de Urbanismo hay un expediente abierto sobre la situación del edificio, los responsables técnicos área ayer no pudieron facilitar datos sobre su situación actual, pues a pesar de que las gestiones se realizaron el pasado jueves, la respuesta municipal se traslada ahora al martes de la próxima semana.

Desde la propiedad se ha mostrado voluntad para recuperarlo cuanto antes, máxime cuando los informes descartan daños en su estructura, ya que una "rehabilitación será infinitamente más barata que su derribo y construcción de uno nuevo".

Hasta que esta medida se ponga en marcha, previa decisión de los juzgados, seguirán pasando ciudadanos a la altura del número 157 de la Rambla de Santa Cruz que al observar su aspecto de abandono se preguntarán: "¿Quién vive ahí?" De momento, la respuesta sigue siendo: nadie.