> Los Mossos sólo pretendían que la plaza Catalunya de Barcelona se vaciara temporalmente para poder limpiarla. Pero los ''indignados'' no se querían ir, no dejaban trabajar a los operarios de limpieza, y la policía catalana cargó. El resultado ha sido una batalla campal, con 121 heridos, 37 de ellos Mossos, un detenido, y una nueva concentración de más de 4.000 personas en la plaza por la tarde. En Lérida, otra carga policial, también para poder limpiar la plaza, ha llevado a la detención de dos personas. El conseller de Interior de la Generalitat ha reconocido que ha habido "contundencia", mientras que Rubalcaba ha explicado que el Ejecutivo catalán "tendrás sus razones" para ordenar la carga.

Dos ciudades catalanas han visto los primeros desalojos de los ''indignados'' en plazas españolas. El 17 de mayo, dos días después de la manifestación convocada por ''Democracia Real Ya'', la policía obligó a marcharse a los acampados en la Puerta del Sol de Madrid, pero volvieron, se quedaron, y ya nadie los echó. Ahora, las autoridades habían decidido que era necesario limpiar las plazas de Catalunya en Barcelona, y de Ricard Vinyes en Lérida. En Barcelona, los jóvenes se negaron a dejar pasar a los camiones de limpieza y los Mossos cargaron, lo que provocó 121 heridos, 37 de ellos Mossos, y un detenido.

Los agentes habían acordonado la plaza a las siete de la mañana para que se pudiera limpiar, y no permitían entrar a nadie. Esa medida provocó las primeras protestas, aunque el Gobierno catalán se apresuró a aclarar que los acampados podrían quedarse una vez que todo estuviera limpio. Pero los concentrados impidieron que los camiones de limpieza salieran de la plaza, y entonces los Mossos cargaron. Fuentes policiales han informado de que se han retirado 500 metros cúbicos de basura.

El Ejecutivo catalán temía por la "salubridad" de la plaza. A lo largo de la mañana, el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, se vio obligado a dar una explicación. La situación "aconsejaba que entrara la brigada" por una cuestión de "salubridad", tras once días de acampada, y también por motivos de seguridad de cara a una posible celebración de la final de la Champions League en la fuente de Canaletes. Tras la aparición de la policía, unas 150 ''indignados'' gritaban consignas como ''Barcelona Neta, no colaboréis'' y ''Esta es su democracia''. Mientras tanto, los servicios de limpieza retiraban de la plaza algunas tienda de campaña, además de ordenadores, impresoras, pantallas, palés y maderas.

Para permitir la limpieza, los Mossos cargaron con porras y disparando salvas. Ante esto, los concentrados contestaban con gritos de ''Esta es su democracia'', con las manos en alto y aplaudiendo. Una vez dispersados, han optado por volver a la plaza, bajo el grito ''El pueblo unido jamás será vencido''. Algunos grupos aislados han opuesto una mayor resistencia, y han resistido la acción de los Mossos cogiéndose entre ellos y agrupándose. Los agentes los han dispersado con golpes de porra. El resultado ha sido 121 heridos, entre ellos 37 agentes, y un detenido.

Tras irse la policía, los acampados han retomado sus movilizaciones con más actividad que nunca, con una asistencia de cerca de 4.000 personas en el lugar, y pese a no contar con los ordenadores, pantallas, equipos de sonido y libretas, que los agentes habían retirado. Una de las ''indignadas'', Patricia Pérez, ha criticado que la actuación policial se sustente en las celebraciones del FC Barcelona, y ha asegurado que en la capital catalana "hay espacio para todos". "Esto parece un patio de colegio. Que se pongan de acuerdo los de dentro y los que están fuera, los acampados y los políticos, para poder gestionar nuestros derechos", ha explicado.

El conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, se ha visto obligado a comparecer tras las cargas. Según ha dicho, la actuación policial no pretendía desalojar a los ''indignados'', sino limpiar la plaza Catalunya y retirar todos los objetos peligrosos, entre ellos bombonas de butanos y de gas y hornillos eléctricos. En todo caso, ha afirmado que ha habido "sólo cuando ha hecho falta, contundencia" por parte de los Mossos. Puig ha explicado que no se arrepiente de haber ordenado la actuación policial.

Puig ha afirmado que no se arrepiente de haber ordenado la actuación policial, aunque sí ha reconocido que se replantearía la hora de la intervención y el número de efectivos, y que entiende el "gran revuelo", además de que está dispuesto a asumir las críticas. Según ha dicho, los jóvenes han opuesto "resistencia a la autoridad" y han "alterado el orden público", y se ha mostrado dispuesto a comparecer en el Parlament catalán para explicar su decisión. "No me asuste que 10.000 personas pidan mi dimisión. Si hay algún error, ya lo asumiré", ha dicho.

A su vez, el vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha destacado que la decisión del desalojo partió de Felip Puig, y que, por tanto, "tendrá sus razones para hacerlo". Rubalcaba se ha remitido a Puig para que lo explique. En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, preguntado por los periodistas, Rubalcaba ha indicado que no ha visto ninguna imagen de este desalojo y no tiene "ninguna información" sobre cómo han actuado los Mossos d''Esquadra.

Acerca de la Puerta del Sol, ha resaltado que se reunirá con la Policía para analizar las peticiones de desalojo de la acampada que ha hecho el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid en funciones y los comerciantes. En su opinión, una parte de los problemas que los comerciantes planteaban "eran ciertos" y se han "resuelto ya" y ahora "quedan algunos por resolver". "Lo que queda por resolver de los comerciantes y la petición de la Comunidad de Madrid voy a analizarlo con la Policía, y ya tomaremos una decisión", ha señalado.

OTRA CARGA EN LÉRIDA

También en Lérida ha habido carga policial. Los Mossos d''Esquadra y la Policía Local han detenido a dos personas en el desalojo de la concentración del movimiento 15M de los ''indignados'' en la plaza Ricard Vinyes. La acción policial comenzó a las 7.15 horas. Los agentes han actuado para dejar pasar a los servicios de limpieza, pero mientras los jóvenes aseguran que la misma policía advirtió que iban a desalojar la plaza, el delegado de la Generalitat, Ramón Farré, ha asegurado que había un problema de "higiene pública" y que los jóvenes no han sido desalojados.

El relato que han hecho algunos de los jóvenes refleja una auténtica batalla campal. Una de las jóvenes ha explicado que los agentes han comenzado a llevarse primero las pancartas, la tienda y los toldos, y mientras los jóvenes permanecían en corro cogidos unos a otros por los brazos, cuando han empezado a coger las mesas, los ''indignados'' se han agarrado a ellas.

"Nos han empezado a coger; primero nos estiraban de los brazos, después a mí y a otras chicas que pesan poco directamente nos han levantado; había gente que la han arrastrado, que la han arañado", ha explicado la joven. Tras las detenciones, unas cuarenta personas han decidido trasladar la protesta a las puertas de la Comisaría adonde han llevado a los detenidos.

El jefe de los Mossos de Ponent, Joan Figuera, ha explicado que han detenido a una persona, y la Policía Local, a otra. El detenido por los Mossos no ha dejado actuar a los agentes y los ha amenazado, según Figuera. Ha explicado que se trata de una persona que estaba dentro del grupo pero no tenía el perfil de la concentración, una persona mayor un espíritu distinto al de los jóvenes. El otro detenido es un hombre que se ha tirado en plena calzada durante la operación y según Figuera habría podido ocasionar un accidente.