La detención del presunto criminal de guerra Ratko Mladic mejora las perspectivas de futuro de Serbia, sobre todo en el terreno político, pero no libra al país de emprender importantes reformas económicas.

Así lo destacaron hoy la agencia internacional de calificación de riesgos Standard & Poor''s (S&P) y diversos analistas consultados en Belgrado.

Con motivo de la detención de ex general serbobosnio, S&P escribe en un comunicado que "Serbia puede alcanzar a los demás países de la Unión Europea (UE) alineando sus leyes con las de la UE y aplicando reformas estructurales".

"Sin embargo -añade-, el arresto en sí no acelera el proceso hacia la UE. Creemos que más progreso en esa dirección requiere más esfuerzos en el ámbito administrativo, legislativo y de implementación por parte del Gobierno (serbio)".

Después de años de inestabilidad e incertidumbre política, la economía de Serbia está en una situación endeble, con una alta tasa de desempleo cercana al 20 por ciento.

Mientras que los indicadores macroeconómicos de los años previos a la crisis económica mundial fueron alentadores, con tasas por encima del 5 por ciento, en 2009 el país sufrió una contracción del 3 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB).

Serbia incluso tuvo que pedir asistencia financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI), unos 1.500 millones de euros, para evitar un colapso económico.

En medio de este panorama sombrío, el asesor financiero independiente Mahmut Busatlija expresó hoy su optimismo de que la detención de Mladic "le dé a Serbia un mejor mañana".

En todo caso, el economista advirtió en declaraciones que para ello, el país balcánico "necesita dar el paso de una economía comunista hacia una de libre mercado", algo que no ha hecho todavía.

El año pasado, la economía serbia volvió a crecer un poco y para este año se prevé una subida del 2,5 por ciento, según datos del Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW).

Sin embargo, la vida cotidiana de los serbios es dura, con un salario medio de apenas 390 euros al mes, acompañados por precios similares al resto de Europa, escasas posibilidades de empleo y una flagrante ausencia de inversiones.

Por ahora, las inversiones extranjeras se centran en sectores como la banca o las telecomunicaciones, pero los problemas persisten por las malas infraestructuras, que se modernizan a cuentagotas, y por la débil producción industrial, que no acaba de arrancar tras la crisis de 2008/2009.

Por eso, un reciente análisis del WIIW advierte de que "a mediano plazo la estabilidad macroeconómica y social de Serbia tendrá problemas, lo que afectará el crecimiento económico".

Un crecimiento que debería llegar de mano de la inversiones extranjeras, que por ahora brillan en gran medida por su ausencia debido a la inseguridad jurídica y política de los últimos años.

Por eso, Busatlija reclama una "reforma del sector público en general", lo que incluye empresas del Estado, bienes inmuebles y el aparato jurídico, entre otros.

Sólo si se logra cambiar el sistema político-económico del país Serbia puede acercarse a la UE, asegura.

"Los políticos hablan mucho sobre un acercamiento a Europa, pero para eso hay que hacer cosas, no sólo hablar. Los políticos no hacen nada en este país", sentencia Busatlija, quien trabaja como asesor financiero e inmobiliario independiente en Belgrado.

Por su parte, la analista serbia Ruza Cirkovic, expresó sus dudas de que únicamente por la detención de Mladic, "los inversores extranjeros vayan ahora a acudir en masas (a Serbia)".

Lo que sí podría haber es lo que calificó como "un impacto indirecto", ya que la detención de Mladic tranquilizará en general las relaciones tormentosas entre Serbia y el mundo, en particular con la Unión Europea, a la que aspira adherirse.

En cuanto a las reformas, Cirkovic coincidió con S&P, aunque precisó que lo más elemental es reformar el sistema judicial, ya que por ahora no existe suficiente seguridad jurídica para las empresas, sean extranjeras o locales.