¿Responde la subida del voto nulo y en blanco a la ola de protesta que sacudió el final de la campaña electoral o hay otra posibilidad? Dos expertos difieren en cuanto a la razón para el incremento en ambos casos, pero lo que es seguro es que los votos en blanco en las pasadas elecciones autonómicas apenas supusieron el 0,86% del total, mientras que en las del domingo pasado llegaron al 2,70%, mientras que el voto nulo pasó del 0,35% al 2,7% entre ambos comicios. En cuanto a las locales, el voto en blanco pasó del 1,4% al 2,21% y el nulo del 0,66% al 2,36% entre los dos comicios. Combinados, votos en blanco y nulos pasaron del 1,21% en 2007 al 5,4% en 2011 en las regionales -casi cinco veces más- y en las locales pasaron del 2,2% al 3,6% -cerca de cuatro veces más-.

Otra cosa en las que los expertos coinciden es en descartar que esta explosión del voto nulo en el proceso electoral del domingo pasado responda -como es tradicional- a errores en la emisión del voto por parte de los electores: es un voto "consciente", afirman. En cambio, no se ponen de acuerdo sobre la causa del fenómeno.

El analista electoral Pedro Lasso apunta que habiendo sido "comparable" la participación en ambas convocatorias (2007 y 2011), y habiendo aumentado el voto en blanco, "sin embargo han entrado partidos pequeños por primera vez a muchas corporaciones locales". Asegura que los votos necesarios para que se produjera este vuelco salen del Partido Socialista Canario (PSC). "La pérdida de votos a la candidatura socialista absorbe el voto en blanco", explica.

En 2007, la abstención en las elecciones locales fue del 38,58%, mientras que en las autonómicas llegó al 38,79%. En cuanto a las de este año, la abstención de las locales fue del 37,3% y las regionales, del 36,9%.

Y es que según Lasso la mayor parte del voto del PSC fue a partidos minoritarios, por lo que pese al aumento del voto en blanco -que es válido y cuenta para determinar a qué nivel se sitúa el tope electoral- la pérdida de las formaciones más pequeñas consiguieron superar la barrera.

Lasso está convencido de que los votos que perdió el PSC favorecieron a los partidos pequeños, que gracias a esa importante aportación de votos, superaron la barrera. Y todo ello, teniendo en mente que la participación no subió de forma significativa.

"Esto significa que la pérdida de votos del PSC no ha ido mayoritariamente al voto en blanco, al nulo ni a la abstención, sino que se ha redistribuido entre los pequeños, que al subir -pese a que los en blanco suben la barrera- la superan por el trasvase", explica. "La caída del PSC ha sido tal que ese voto ha ido a los pequeños, que superan la barrera".

Por el contrario, el profesor titular de Ciencia Política de la Universidad de La Laguna (ULL), José Adrián García Rojas, cree que el fenómeno "tiene que ver con el malestar del 15-M".

¿Pero podría deberse a la caída del PSC, como sugiere Lasso? "Podría ser", admite García Rojas. "Pero creo que más bien el voto nulo y el voto en blanco salen de los seguidores del movimiento de protesta del 15-M y de algún voto socialista, aunque esto último lo veo más difícil".

En cambio, Lasso apunta que si hubiera habido una mayor participación en los comicios de 2011 la explicación del fenómeno "podría ser otra", pero en principio descarta que el 15-M sea la causa.

"Ese movimiento planteaba no votar, pero no hubo mayor abstención", justifica.

Lasso insiste en que la pérdida del voto al PSC originó una "redistribución" del voto válido y ve que la bajada de Coalición Canaria (CC) más la de los socialistas "compensa" la subida del Partido Popular (PP), las fuerzas pequeñas y los votos nulos y en blanco.

"El nulo aumentó porque, igual que hay una concienciación mayor al emitir el voto válido para favorecer otras opciones alternativas a las tradicionales, el voto de protesta también se hizo de forma más consciente, por lo que creció", explica Lasso.

"La gente empieza a entender lo que es el voto nulo", estima el analista. "Ojalá se transforme en iniciativas políticas a partir de ahora, nutriente de savia nueva a los partidos existentes", si bien se muestra escéptico sobre el grado de compromiso de los seguidores del 15-M para hacerlo realidad.

"Creo que se ha exagerado la realidad con lo del 15-M. No tiene tanto seguimiento en términos proporcionales, si bien comparto mucho de lo que plantean, pero hay que comprometerse", apunta.