ENTIENDO como tal el elemento constituido por algodón o cáñamo embreado, con pólvora en su interior, que propaga el fuego iniciado en un extremo para llegar al otro, en donde se halla el explosivo y producir la detonación.

Leía con preocupación el titular, en primera de este periódico del 3 de mayo, referido al comentario editorial: "Si tarda la libertad, puede encenderse la mecha". Y mi preocupación no había de serlo tanto por el contenido del editorial como por su relación con el del día 30 de abril; y de este, el pasaje que decía: "No descartamos que se produzcan acciones violentas por parte de la población canaria, cansada de casi seis siglos de dominación colonial (…). No estamos incitando a la violencia; tan solo decimos que no podemos certificar que no pueda ocurrir que algún incontrolado actúe por su cuenta (…)".

No me cuadra que en el mismo texto se haga alusión a "acciones violentas por parte de la población canaria" y a continuación, tratando de reducir la carga de lo anterior, se diga "que algún incontrolado actúe por su cuenta". "Algún incontrolado" es uno. La "población canaria" es mucho más; es el todo.

Jamás he tenido un cambio de impresiones con don José Rodríguez Ramírez respecto a la línea editorial. Solo me he referido en una ocasión, en esta columna, a mi condición de español residente en esta tierra desde hace ya casi cincuenta años. He hablado con él, alguna que otra vez, a otros efectos. Y desde este cordial trato, me resisto a creer que determinadas expresiones volcadas en los editoriales salgan de su boca o de su pluma. Pero, desde mi formación en dirección, soy consciente de la autoridad que el editor/director tiene sobre el contenido de los editoriales.

Manifestados estos pensamientos míos, y puesto que se habla de violencia y mecha respecto de la consecución de independencia de la España que coloniza al pueblo canario, creo conveniente traer el recuerdo de algo que una generación ya adulta y otra en camino de ello no vivieron: la mayor catástrofe mundial de la aviación civil. Se produjo en el aeropuerto de Los Rodeos.

La causa origen de aquella catástrofe estuvo en el estallido de un artefacto explosivo colocado en el aeropuerto de Gando por el movimiento independentista de entonces y que al parecer todavía existe: MPAIAC. Aquello motivó el desvío de tráfico aéreo al aeropuerto más cercano, que era el de Los Rodeos, y que no reunía las condiciones necesarias al efecto. Aquí se concatenaron las otras dos causas que con la original (siempre es necesario la confluencia de tres causas para producir un accidente) produjo aquella catástrofe. Pero el origen estuvo en aquel artefacto puesto en Gando. Y menester es recordarlo cuando se habla de violencia, aunque los ejecutores y responsables de entonces hayan tratado de borrarlo de sus mentes; o simplemente se les haya quedado en un lugar inaccesible del cerebro en virtud del mecanismo de defensa de la conciencia.

No pretendo inmiscuirme en los deseos y argumentos de una parte de la población canaria, no de toda la población canaria, en pos de la independencia. Sí me permito sugerir la prudencia en las expresiones, porque, como suele decirse, las armas las carga el diablo.