Para muchos usuarios que transitan a diario por la autovía de San Andrés, la referencia que marca el tramo que comienza en el Club Náutico, en dirección a Las Teresitas, constituye un punto de inflexión respecto al mantenimiento y limpieza que precisa esta zona de la capital.

A simple vista, la escena que se observa parece dibujar dos ciudades bien diferenciadas, puesto que en el recorrido de la avenida Francisco La Roche desde la plaza de España hasta el cauce del barranco de Tahodio, junto al Club Náutico, el aspecto de este entorno urbano está en unas condiciones más que aceptables, con un mantenimiento, limpieza y cuidado de las zonas ajardinadas acordes al lugar en el que se ubican. Sin embargo, a una distancia de apenas 200 metros de este punto de inflexión, justo enfrente de la Casa del Mar y alrededores, parece que el olvido es la única atención que recibe esta calzada y sus correspondientes aceras.

Es más, ya a la altura de la entrada del barrio de Valleseco, los desperdicios se amontonan detrás de una valla protectora desde hace mucho tiempo, alcanzando los desechos una altura considerable que observan cada día los vecinos y todos aquellos que transitan por la vía.

Esta es una carretera muy frecuentada a diario, tanto por personas que practican deporte como por quienes por puro placer hacen este recorrido cerca de la costa capitalina.

No obstante, la falta de atención, una responsabilidad que no se sabe a ciencia cierta si es del consistorio capitalino o de la Autoridad Portuaria, porque entre ambas instituciones anda el juego en este espacio de la ciudad, está dejando un auténtico vertedero al aire libre que acumula todo tipo de desperdicios a lo largo de meses.

Algunos usuarios de esta zona, cansados ya de esta imagen negativa, como es el caso del colectivo Amigos de Anaga, han querido denunciar públicamente el aspecto que presenta la zona, pues según sus responsables, "no sólo es una imagen desagradable para quienes frecuentan el lugar, sino para el turismo que cada vez utiliza más este recorrido, principalmente a bordo de bicicletas con las que llegan a través del carril hasta la playa de Las Teresitas".

Desde Amigos de Anaga aseguran que no comprenden que "nadie vea lo que observan muchos turistas de cruceros o los ciudadanos que pasan por el lugar, pues no se trata de que su mantenimiento sea responsabilidad de una institución u otra, ya que lo que ocurre es que la imagen de la ciudad queda bastante dañada".