La aprobación de la Ley General de Sanidad hace 25 años supuso un antes y un después en el sistema de salud mental: instó al cierre de los manicomios e impulsó el desarrollo de las unidades de salud mental, pese a lo cual expertos y pacientes reclaman más recursos para cubrir las carencias.

El presidente de la Confederación Española de Agrupaciones Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES), José María Sánchez Monje, celebró ayer la aprobación de esta norma porque "logró equiparar a las personas con una enfermedad mental con aquellas que tenían otro tipo de patologías".

La Ley General de Sanidad, que cumple 25 años hoy, planteaba una reforma en la psiquiatría para atender a las personas con trastorno mental de forma comunitaria y no aislarles en un hospital; por eso instaba a cerrar los manicomios e impulsar unidades de salud mental.

Sánchez Monje explicó que esta norma permitió poner punto final a una situación en la que "se encerraba a hombres y mujeres en manicomios con condiciones infrahumanas", pero se trata de una "reforma incompleta" porque no se ha ofrecido un sistema de atención integral ni suficientes recursos para cumplir los objetivos.

Una de estas metas sería lograr que por cada 30.000 personas hubiera una unidad de salud mental atendida por un equipo aproximadamente de quince profesionales: un psiquiatra, dos psicólogos, ocho enfermeros y auxiliares de atención domiciliaria, un trabajador social y personal administrativo.

Sin datos precisos

No obstante, el presidente de FEAFES precisó que primero habría que evaluar la situación en cada territorio para saber cuáles son las cifras exactas de personal.

Según datos facilitados por esta federación, en la actualidad aún existen tres hospitales psiquiátricos (el de Conxo en Santiago de Compostela, el de Castro en Lugo y el hospital psiquiátrico de Orense), y otros dos penitenciarios (Sevilla y Alicante).

El deseo de Sánchez Monje es que estos "evolucionen hacia unidades de salud mental con un equipo de profesionales".

La psiquiatra y psicoanalista Diana Castro señaló que estos están "a medio camino" entre el manicomio y la unidad en la que deberían constituirse, y opinó que deben mejorar su gestión, incorporar un servicio de día y más programas de integración en la sociedad, para dejar de ser "centros cerrados de internamiento".

Por comunidades autónomas, Sánchez Monje aplaudió las mejoras en la atención a pacientes psiquiátricos en Castilla-La Mancha y Navarra, a su juicio las que más han progresado en los últimos años, pero en el polo opuesto situó a Madrid y a la Comunidad Valenciana.

Por otra parte, el presidente de FEAFES se refirió a la formación de los profesionales de atención primaria, de la que dijo que es urgente mejorar para que puedan atender a pacientes con trastornos leves, y favorecer medidas como la integración laboral.

En opinión de Sánchez Monje, el cierre de los manicomios ha sido positivo porque "hay que dar libertad a las personas" pero criticó las "largas listas de espera para acceder a una cita y el escaso tiempo que los especialistas dedican a sus pacientes".