El diccionario de la Real Academia Española define la abstención como la "acción y efecto de abstenerse", un hecho que en algunos lugares de las Islas, y desde el punto de vista electoral, se repite de manera alarmante en cada cita con las ur-nas.

Un breve repaso por las últimas citas con las urnas basta para comprobar, por ejemplo, que Arrecife de Lanzarote y Santa Cruz de Tenerife fueron en 2007 las dos capitales insulares con el mayor índice de abstención de Canarias, con un 48,73% y 47,94%, respectivamente. Estos valores apenas fueron superados en otros puntos de España como Barcelona, donde la abstención superó el 50 por ciento.

Significativo es el caso de la capital de Lanzarote, pues en 2007 registró uno de los índices de abstención más alto de todos los procesos electorales autonómicos y municipales celebrados hasta ahora. Del 46,97% de 1983 Arrecife pasó a 39,88% en 1987; 43,88% en 1991; 41,98% en 1995; 49,92% en 1999; y 44,17% en 2003.

Sobre este caso concreto, el analista electoral Pedro Lasso opina que el alto porcentaje de población foránea que hay en la isla ha podido contribuir a incrementar el fenómeno abstencionista.

Parecida es la horquilla en la que se ha movido Santa Cruz de Tenerife, una capital en la que la abstención se ha rebajado o incrementado en procesos electorales alternos. Así, del 44,60% de 1983 se pasó al 43,02% en 1987; 54,76% en 1991; 49,79%% en 1995; 51,49% en 1999; y 44,78% en 2003.

En este sentido, Lasso lamenta que, en torno a un 17% de los votantes de la capital tinerfeña, si se tienen en cuenta los votos en blanco, nulos y del resto de partidos, eligieran en 2007 al alcalde de Santa Cruz, un aspecto que el experto relaciona con la "legitimidad democrática". "Se puede ser alcalde legalmente, otra cosa es que se tenga legitimidad democrática para ello", subraya Lasso.

"Mal" generalizado.- Pero la alta abstención no es cosa de los ciudadanos de Santa Cruz y Arrecife, sino que este es un "mal" generalizado en Canarias. En 2007 la abstención media en las Islas se situó en un 38,79%, sólo superada por la registrada en los comicios del año 1999, -39,20%-.

Tras Arrecife y Santa Cruz, el índice de abstención más alto en Canarias se situó en Las Palmas de Gran Canaria, con un 42,89%, cinco puntos más que cuatro años antes. Tras la capital grancanaria se situó Puerto del Rosario, con una abstención del 42,02%, la más alta desde las elecciones del año 1987, y Santa Cruz de La Palma, con un 32,25%, también la más elevada desde los comicios de ese mismo año.

Por el contrario, San Sebastián de La Gomera y Valverde, por este orden, fueron en las elecciones de 2007 las capitales insulares con una abstención menor, 25,43% y 26,05%, respectivamente. Llamativo fue el caso de la capital gomera, que logró bajar hasta ocho punto los índices con respecto a las elecciones de 2003. No obstante, a favor de ambas capitales hay que decir que desde que se celebran elecciones autonómicas y municipales en Canarias -desde el año 1983- mantienen la abstención más baja.

Sin embargo, la tendencia de la capital no se mantuvo en el ámbito insular, pues fue precisamente La Gomera la isla en la que se detectó la media más alta de toda Canarias: 44,97%. Tras La Gomera se situó Lanzarote, donde sí se mantuvo una cierta similitud entre la isla -44,43%- y la capital -47,73%-.

En Tenerife, tercera en este ránking, la abstención registrada en 2007 fue del 39,73%, ocho puntos menos que en su capital -47,94%-, mientras que en El Hierro fue del 37,34%, once puntos más que en su capital -26,05%-. En Gran Canaria la abstención se situó en un 37,40%, cinco puntos por debajo de la de su capital -42,89%-.

En La Palma, por el contrario, los índices de abstención en el ámbito insular y en la capital tan "solo" variaron en cuatro puntos -36,02% en la isla frente a 32,25% en Santa Cruz de La Palma-, mientras que en Fuerteventura se produjo el fenómeno contrario, pues la abstención en el ambito insular fue del 30,02%, pero en la capital se situó doce puntos por encima, esto es, un 42,02%.

Sobre el fenómeno de la abstención, que también se produce con más frecuencia de la deseada en otros puntos del país, se manifiesta el secretario de Organización del Centro Canario-CCN, Benito Codina, quien precisa que las causas "son diversas".

Diferentes tipos.- Codina apunta que en España hay diferentes tipos de abstencionismo, que no se pueden mezclar. Uno es el de carácter técnico -cuando los electores se ven imposibilitados de acceder al lugar de la votación-, otro el de tipo racional o político -el rechazo a los partidos como una "clara manifestación individual"-, el "apático" -el habitual "pasotismo"- y el "cívico" -que se traduce en el voto en blanco-.

Las causas de este fenómeno, detalla Codina, son también de varias clases: sociodemográficas, psicológicas y políticas. "A veces se ha intentado vincular interés y participación, y es un error: puede haber bajo interés y alta participación y viceversa", apunta el representante del CCN.

Para esta situación existen soluciones basadas en medios técnicos -actualización de los censos, campañas institucionales, mejora del voto por correo- y otras como la "apertura de los partidos políticos, la democratización y la rebaja de las barreras electorales". Estas últimas son en Canarias, apostilló Codina, "las más altas de la Unión Europea y, salvo excepciones, del mundo".

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